Político homofóbico es descubierto como ya todos suponían; dejándose soplar la nuca por otro hombre

EU.- Si algo te da asco tratas de alejarte de eso, lo evades, y por supuesto evitas a toda costa pensar en ello que tanto aborreces. Por ejemplo, si te da asco el hígado encebollado, lo normal es que lo veas o hueles y huyas del lugar porque no toleras su pestilencia, tratas a toda cosa de no pensar en eso porque te dan ganas de guacarear.

Sería muy contradictorio que dándote tanto asco y nauseas el hígado encebollado, te aferres a ir a los lugares donde lo cocinan para olerlo, o todo el día te la pases pensando como puedes acercarte a ese hígado en vez de simplemente bloquearlo de tu vida porque realmente te da náuseas.

Cualquiera pensaría que si según tanto asco te el hígado encebollado pero en vez de alejarte de el casi te lo metes a la boca, es porque en realidad lo disfrutas. Algo así pasa con los homofóbicos, los cuales se caracterizan por dos cosas:

Primero, por alguna extraña razón todos son físicamente poco agraciados, ninguna mujer los pela y menos un gay, pero ellos se empeñan en hacerse a la idea que todos en el mundo, hembras y machos, los desean.

Y segundo, resulta raro que un homofóbico tipo Esteban Arce, asegure odiar a los homosexuales pero se empeñe de una forma enfermiza en hablar todo el tiempo de ellos.

En esta versión tipo Arce pero de Estados Unidos se encuentra el ahora ex congresista de Ohio, Wesley Goodman, quien hasta hace unas horas posaba sonriente en las fotos con su esposa, y aseguraba defender a capa y espada el matrimonio solo entre hombre y mujer, señalando que (hagan de cuenta Esteban Arce) la unión entre personas del mismo sexo es antinatural y bla bla bla bla

El congresista durante su campaña y su mandato ponía de pretexto la palabra de la biblia para justificar porque dos personas del mismo sexo no pueden andar (ah pero eso sí, la biblia prohíbe muchas cosas que toda la gente hace como comer carne de cerdo, pero solo replican los pasajes que les convienen)

Finalmente el día de antier el macho y viril Goodman fue sorprendido por su secretaria en la oficina donde trabajaba soplándole la nunca a otro hombre, aunque alguna versiones afirman que él era el “muerde almohadas”, y la nuca se la estaban soplando a él. Para los que no comprendan estas expresiones, el individuo homofóbico se encontraba teniendo coito (sexo) con otro hombre.

La empleada ni tarde ni perezosa esparció la información, hasta que el homofóbico (que aseguraba odiar a los gays pero no dejaba de hablar de ellos y era porque también le gusta la mazacuata) decidió renunciar a su cargo y pedir que “respeten el difícil momento que atraviesa, ya que cada quien enfrenta sus problemas de una forma diferente”.

Para nuestra sorpresa vimos la foto del congresista y es el típico hombre que por más vaquero que se vista (con cinto piteado y bota picuda), o por más de traje varonil que ande, no puede ocultar su homosexualidad simple y sencillamente porque se le nota en su cara.

 

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En fin, si tu eres el típico gay de closet temeroso de que te descubran porque creciste en una familia disfuncional que se la pasa criticando a todos, y jamás te perdonarían ser homosexual, te conviene más simplemente evadir el tema que asegurar que odias la diversidad, ya que en el 100% de los casos todos terminan como este pobre hombre, que tenía que vivir fingiendo que le gustaba la papaya y se veía obligado a subirse al guayabo contra su voluntad, mientras soplaba nucas o mordía almohadas “a escondidas”.

 

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Por: Omar Ariel Cortes

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