México.- Gran emoción y alegría vive la familia Gutiérrez Pérez, una familia clasificada por el INEGI como “pobre” ya que los ingresos que perciben no son suficientes para satisfacer todas sus necesidades básicas, luego de “pensarlo mucho y animarse a sacar una pantallita durante El Buen Fin”, endeudándose por un año con un banco para poder llevar algo de alegría a su hogar, y enajenarse de la realidad en la que viven sintonizando las novelas y la Rosa de Guadalupe.
Según comenta el padre de familia y sustento de la casa, el señor Juan Gutiérrez, no sabía si adquirir la pantalla ya que con su sueldo (trabaja en un camión de la basura) apenas si le alcanza para los gastos, sin embargo, quería tener la dicha de llegar a su casa y ver los partidos de fut o una novela con su esposa:
“Mi vieja no trabaja porque cuida a mis 3 niños, a veces vende frituras aquí a fuera de la casa pero yo soy el que trae el gasto para la casa. No creas la cosa si esta dura, a veces tengo que andar con los zapatos rotos y se me parte el corazón cuando mis hijos quiere un Gansito o Huevo Kinder y no se los puedo comprar, pero así es esto, tenemos para comer aunque nos falten otras cosas.
Mi vieja vio un folleto de El Buen Fin y me dijo que onda viejo, y si compramos una tele nueva que estarán en oferta. La televisión que tenemos ya es rete viejita (de esas anchas y largas que pesan 60 kilos), y con la nueva vas a poder ver los partidos mejor, y yo en la tarde la Rosa de Guadalupe con los niños”, relató.
El hombre menciona que hizo cuentas y se percató que principalmente no iba a poder comprarle ropa a sus hijos ni salir durante meses, así que lo pensó: “yo y mi vieja haremos el sacrificio más grande porque de plano ni calzones compraremos, y ni modo, ni para ir a la Alameda por un elote el domingo nos alcanzará. Pero va a ser bien bonito que mis hijos vean La Rosa de Guadalupe en la tele nueva, y vayan aprendiendo a ser mejores católicos y a hacer el bien.
Al final me animé porque si algo aprendí de ese programa es que Diosito al final te ayuda, durante un año estaremos apretados, pero por lo menos con la tele se nos olvidará todo y seremos más felices”, dijo.
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El hombre menciona que finamente acudió a la tienda en El Buen Fin: “lo mejor es que en la compra de la tele nos regalaron una mini bocina y un termo de la tienda. Y además debíamos aprovechar porque solo pagamos $12,399 por la tele, y antes estaba casi en $15 mil”, comentó el hombre sin saber que los dueños habían subido el precio un 40%, para luego supuestamente rebajarlo.
Juan menciona que nuevamente sintió miedo, pero su temor se convirtió en orgullo cuando llegó a la colonia y se convirtió en la sensación: “desde que llegamos en taxi los vecinos luego luego salieron, y al ver que traíamos la telesota se emocionaron y nos preguntaron si podían verla. Todos en la colonia estaban emocionados, y ya unos hasta quedaron en traer palomitas para ver una película en mi aparato nuevo porque todos también tienen teles bien viejitas”, puntualizó orgulloso.
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Por: Omar Ariel Cortes