México.- Angelito Cano es un estudiante de primero de secundaria de 13 años que de la noche a la mañana dejó de ser un niño y convertirse en todo un hombre luego de que sus compañeros los convencieran de que si comenzaba a fumar se iba a ver más grande, más interesante pero sobre todo mucho más maduro mental y físicamente.
Aunque al principio a Angelito le daba asco el humo del cigarro y no le gustaba fumar,hizo el esfuerzo de agarrarle el gusto al tabaco con la idea de que las mujeres de todas las edades iban a caer rendidas a sus pies al ver a un hombre tan maduro e interesante, pero sobre todo adquirió dicho vicio con la esperanza de que sus conocidos y sus familiares dejarán de llamarlo “bebé dinosaurio” (por la famosa serie La Familia Dinosaurio) debido a que se parece al personaje pero sobre todo porque aunque es un pre-adolescente todavía luce como un niño de 7 años.
Angelito confiesa que primero comenzó a fumar a escondidas con sus compañeros, y poco a poco se animó a salir a la calle con un tabaco prendido (aunque con el miedo que un vecino o familiar lo viera y lo regañara), y relata que desde el primer momento el resultado fue sorprendente:
“Todos se burlaban de mi porque mido 1.30, peso 25 kilos y parezco un niño de 8, pero una vez me armé de valor y mientras caminaba saque un cigarro y lo prendí, de repente todos comenzaron a tratarme como si tuviera 25 años, incluso un niño de 6 años me llamó señor”, comentó orgulloso.
El ahora joven relata que gracias al cigarro le han llovido ofertas de amor de mujeres de todas las edades, quienes –cuando está fumando- lo confunden con un ingeniero o arquitecto titulado: “A veces señoras de 20 años me tiran la onda, la neta si esta chido pero no me gustan tan grandes”, dijo.
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El joven revela que lo mejor fue cuando pudo entrar al cine a ver una película clasificación “C” sin que le negaran la venta del boleto.
“Me moría de ganas de ver Los Indestructibles 3 en el cine y no en los clones que luego compró. Fui a comprar el boleto y creí que no me lo venderían, pero afortunadamente iba fumando un cigarro y sin problemas lo pude adquirir”, reveló.
El maduro chico comenta que gracias al cigarro ha podido entrar a tables dance, casinos, cantinas y un sinfín de negocios más exclusivos para adultos.
“Lo malo es cuando se me acaba el cigarro a veces tardo hasta 10 segundos en prender otro y en esos pocos segundos todos se dan cuenta que en realidad tengo 13, pero ya cuando enciendo un nuevo cigarro todos vuelven a creer que tengo 25”, relató.
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Por: Omar Ariel Cortes