1.- El “ortografinazi”: es una persona que siente tener una capacidad intelectual extremadamente superior por “tener buena ortografía”. Acostumbra invalidar argumentos coherentes e inteligentes de otras personas (que son superiores a los que él generalmente dice) si descubre que “les falta un acento o una coma”. Lo más seguro es que nunca tendrá un trabajo en el que sobresaldrá y su mayor logro en la vida será burlarse eternamente de la ortografía de los demás.
2.- El pseudo director de cine: es una persona que salió de su pueblo o no conoce el mundo más allá de su entorno y cree que por meterse estudiar comunicación se convertirá en el nuevo Iñárritu, Lars von Trier, Danny Boyle, o cualquier otro director de cine comercial (pero bueno) gracias a las 2 materias que tomará de edición de video. Realmente siente de que sus ideas y técnica de filmación son extremadamente impactantes y originales, cuando en realidad solo copia manera chafa y sin talento lo que ve en sus películas favoritas.
3.- El pseudo artista: es una persona que dibuja, compone, escribe o hace algo relacionado al “arte”. Sin embargo sus trabajos son extremadamente comunes y corrientes, y asegura que nadie los valora porque son tan impactantes que las personas “normales” nunca los entenderán por ser tan complejos. Aprovecha cualquier situación para dejar en claro que su mayor hobbie es leer porque tiene el concepto de que alguien que lee es mucho más inteligente que el resto, y se molesta si no lo perciben como uno de los mayores prodigios del siglo XXl.
4.- La matada que descubrió la comunicación organizacional: entró a la carrera para “cambiar al país con su periodismo objetivo” pero con el paso del tiempo se dio cuenta que lo suyo es “la comunicación organización” (rama que no conocía pero que en la licenciatura descubrió). Su sueño es trabajar en una oficina.
5.- El que asegura que cambiará al país: es un estudiante que afirma que al egresar hará investigaciones que cambiarán el rumbo de este país porque mostrarán la verdadera cara del gobierno (al cual no le tiene miedo). Para él todos los medios nacionales son una porquería (excepto Aristegui y Proceso). Se siente analista político y cree que todos lo ven como modelo a seguir aunque en realidad todos lo perciben como un wey que terminará de lambiscón en un medio local.
6.- La que se metió para ser artista: es una estudiante que no tuvo el valor de decirle a sus papás que quería ser actriz o cantante y se metió a Comunicación pensando que así podrá inmiscuirse en la farándula (primero como conductora para luego dar el salto al espectáculo). Se considera “la fashion, fresa, rica y guapa de la facultad”, cuando en realidad ya todos sabe que es una mujer de clase media que no tiene nada de espectacular.
7.- El que realmente está ahí por vocación: es una persona que realmente siente pasión por investigar y trata de presentar la información lo menos sesgada posible. Sabe que para llegar a ser un periodista reconocido y hay que hacer sacrificios, como trabajar en un medio lamiéndole las patas a un partido, aunque al final se las ingenia para presentar la información lo más equitativa posible.
8.- El que se siente fotógrafo profesional: por alguna extraña razón, el 95% de los comunicólogos descubren que “la fotografía es su más grande pasión en la vida” justo en el momento en que compran su primera cámara profesional. Este tipo de comunicólogo cree realmente ser un fotógrafo tan espectacular que comienza a burlarse de quienes utilizan el “automático” a la hora de retratar cuando sus fotos (en más modo “manual” que las tome) son igual de aburridas y monótonas. Realmente se siente el alma de la fotografía moderna, aunque al final termina retratando lo mismo que todos sus compañeros (viejitos, indígenas, fiestas típicas, fuentes, fachadas, cigarros consumiéndose, etc.).
9.- El que se queja del gobierno pero trabaja para el: es una persona que indirectamente trabaja para el estado ya que es reportero, fotógrafo o escritor en un periódico local que se mantiene gracias al chayote que le dan. Cuando no está trabajando se la pasa hablando pestes de los gobernantes, aunque su chamba se entrevistarlos para posteriormente escribir una nota que los haga quedar bien.
10.- El que se siente magnate: es un reportero farol que gana el salario mínimo pero que se siente rico y poderoso porque “los gobernadores, diputados y demás gente influyente” que entrevista ya lo conocen y hasta lo saludan de mano. Le presume a todos sus amigos que entre sus contactos de celular tiene el número de la gente más poderosa de la región… aunque en realidad solo le dieron su número porque lo utilizan como vínculo para estar en contacto con el medio para el que trabaja.
Por: Omar Ariel Cortes