México.- Mario Delgado, un Millennial estándar que por ahora trabaja en una consultoría (de 8 am a 6 pm en la Condesa) en lo que alguien descubre el exhoribtante talento que tiene para tocar el bajo y se vuelve el próximo “rock star”, sorprendió a sus amigos al mostrarse “totalmente devastado” por el incendio ocurrido en la catedral de Notre Dame, que destruyó por completo el techo del histórico inmueble: “me encontraba en la oficina, y faltaba casi una hora para que faltara media hora para la hora de la comida, de repente un compañero del cubículo de al lado gritó sorprendido que se estaba incendiando la catedral de Notre Dame.
Fue en ese instante cuando una tristeza desoladora invadió mi estado de ánimo, ya que recordé la película del Jorobado de Notre Dame que vi de niño por Canal 5, y aunque nunca he ido a París ni Europa, obviamente ubicó tan importante monumento Francés gracias a la película de Disney.
Es una pena total lo que ocurrió en París, para ser sincero, busqué en Google Maps la ubicación de la catedral de Notre Dame por si algún día tengo la oportunidad de visitarla, pero ahora que se incendió veo muy lejano cumplir mi sueño de conocerla en persona”, comentó desconsolado.
Después de enterarse de los hechos, pensó que dicho acontecimiento no podía pasar desapercibido y que se merecía toda la atención, por lo que sacó su celular y no dudó en difundir la noticia con sus amigos y familiares que tampoco han ido, pero comparten el sueño de viajar a Europa, tomarse una foto en la Torre Eiffel y caminar por el Sena: «¿Te imaginas lo cool que sería subir una Story a Instagram de ahí? ¡Ay no!», increpó.
«Publiqué enseguida una carita triste en el grupo de mis amigos de la universidad, y también en el de la oficina, quería que todos compartieran mi dolor. Vi un correo de Elektra donde me decían que ya debía la mensualidad del celular, pero nada me impidió compartir ese dolor que miles de parisinos sentían en ese instante».
Recalcó que apoya totalmente a los parisinos y que rezará para que pueda restaurar la catedral y no perder las esperanzas de visitar París algún día: «no importa que me endrogue toda la vida con un préstamo, total ya solo me faltan 8 meses para terminar de pagar mi celular», concluyó esperanzado.
Por: Ricardo Lugo