México.- Gran sorpresa se llevó Mathieu Cravotta, un joven francés que se vino de intercambio a México por 4 meses, al arribar a nuestro país y desde el primer momento ser tratado como una especie de Dios, situación que ya había escuchado que pasaba con los extranjeros que visitan estas tierras, pero no se imagino que seria al grado de ser elevado al nivel de celebridad.
Mathieu señala que sus amigos le decían que tenía que viajar a México ya que además de ser muy bello y barato, la gente esta muy acomplejada y a los extranjeros (principalmente europeos) los ven como una especie de seres superiores mágicos, y todos se pelean por hablarles, tratarlos como rey, y lamerles las patas:
“Mis amigos me decían que tenia que conocer México por 3 razones: es muy bello, muy barato, y porque ahí iba a sentir lo que es ser una verdadera celebridad.
En mi ciudad soy solo una persona más del montón, no tengo nada especial, pero en cuanto llegué a México la gente se abalanzó sobre mi para atenderme. Hacían lo imposible para llamar mi atención y trataban de complacerme en todo ¡y lo raro es que no esperaban recibir nada a cambio más que presumir que le habían hablado al francés!, o sea yo”, relató.
Cravotta señala que desde que escribió en un grupo mexicano de Facebook que buscaba cuarto en renta, recibió miles de mensajes: “hubo gente que me escribía pero no para darme información de un lugar para rentar, sino para decirme que querían ser mis amigos y podían ser mis guías de turistas, argumentando que estaban encantados de conocerme cuando nunca me habían visto, es decir ¿cómo saben que no soy un psicópata o como dicen aquí, que no era buena onda?, eso no importaba para ellos, al verme rubio y de ojos verdes casi se bajaban a lamerme las patas, incluso hubo gente que quiso hospedarme gratis, fue muy extraño”, relató.
Mathieu señala que le parece increíble la discriminación que se vive en México por las razas, y como a los extranjeros los tratan como Dioses: “hay gente en México que vive mejor que yo pero por no ser rubio lo discriminan. Fue extraño que en las fiestas todos se me acercaban como si fueran mis amigos de años, nos tomábamos una foto, y al día siguiente me agregaban a su Facebook etiquetándome y diciendo que era su mejor amigo francés ¡cuando solo hablamos 5 minutos!.
Los mexicanos princpamente quiere eso: presumir que tiene amigos extranjeros, no importa que no hablemos, no conectemos, hablemos cosas banales o no nos llevemos bien ¡al final todos me quieren invitar a todos lados para presumir que le hablan a un europeo!, relató.
El hombre señala que la experiencia más bizarra fue cuando conoció a Jacinto, un hombre con características muy mexicanas que pensó que por juntarse con él también ya parecía francés: “llegué a rentar con Jacinto y de inmediato me invitó a salir. Era raro porque discriminaba a la gente bajita, morenita y de clase media como él, pero a mi me trataba como su mejor amigo.
Lo raro fue que cuando estaba borracho me dijo que se identificaba conmigo porque éramos muy parecidos, no entendí a que se referia y me preguntó que si creía que él tenia porte europeo, porque siempre lo confundían con uno.
Yo le dije que no pero él se aferró diciendo que si lo confunden con europeo, y hasta fingió tener acento francés para que supuestamente creyeran que los dos éramos extranjeros. Fue algo raro porque es su mente cree verse como yo, pero yo lo veo igual a la mayoría de mexicanos”, relató.
El chico señala que se siente “aturdido y confundido con tanta atención” pero reconoce que saca provecho de la situación: “en las fiestas de Francia todo es normal, hablo con mis amigos o gente que me presentan. Aquí en cambio todo el tiempo quieren tomarse fotos conmigo y a los 5 minutos me preguntan si puedo darles asilo en mi casa de Francia si van.
Es raro la situación, pero por supuesto le saco el mayor provecho posible: todo me invitan, me pagan el taxi y hasta en los antros me dejan pasar gratis al verme y oír mi acento, ahora siento o que viven las celebridades reales, es abrumador”, comentó mientras se tomaba una foto con el treintavo mexicano que se le acercó con la esperanza de llamar su atención.
Por: Omar Ariel Cortes