México.- Todos conocemos a El Brayan, ese personaje que no existe pero que facialmente podemos identificar en miles de mexicanos que reúnen ciertas características.
No hace falta explicar quien es un Brayan, basta con ver cómo se mueve, actúa, comporta y habla un mexicano para determinar si pertenece a esta generación de jóvenes aztecas que tuvieron la mala fortuna de que sus padres les pusieran un nombre extranjero, pensando que se volverían rubios por arte de magia y tendrían un mejor futuro.
Aunque estas personas tienen características específicas, entre ellas que a lo muchos llegan a terminar la secundaria o ya de milagro la prepa, pueden existir excepciones, tal es el caso de este joven Brayan que no solo terminó sus estudios medios superiores, sino que se animó a estudiar una carrera universitaria que concluyó con éxito.
Aunque no sabemos si el chico estudió una carrera “patito” en el CNCI o en una Universidad Técnica para egresar como obrero con título (o realmente estudió una licenciatura o ingeniería de verdad) es importante destacar que decidió superarse, sin embargo, pese a decidir sobresalir del Kevin, el Yandel y el Tayson que seguramente se salieron a la mitad del CONALEP, el joven no olvida sus raíces, y es por eso que decidió salir en su foto de graduación mostrando orgulloso su cultura haciendo la “cholo señal”, expresión que realizan los homies al realizar extrañas figuras con los dedos que los hace parecer que tienen artritis.
En la foto de graduación el joven aparece portando la tradicional toga y birrete de los egresados, pero se le aprecia haciendo con sus dedos una señal que parece ser la de “pícatelo” o “chinga tu madre”, y otros símbolos que solo los cholos entienden y que son parte de su sello personal.
El chico decidió grabar la reacción de su madre y familiares, comenzando por mostrar la foto de graduación a la cámara, para posteriormente ingresar a su domicilio y enseñarla a su progenitora quien lo mira sorprendida, y posteriormente mostrársela a otra mujer (que podría ser su tía o abuela) tachando al Brayan de “loquito” con expresiones como “no está completo” (del cerebro).
Y aunque parecen molestarse unos segundos, finalmente no les queda más que tomar el lado divertido de la situación y comenzar a reírse.
Como todos sabemos, una de las costumbres más arraigadas del mexicano es colocar la foto de graduación en la sala para presumirle a toda las visitas que los hijos son estudiados, y tal parece que la madre del Brayan le presumirá a sus amigos que su retoño además de graduarse es un reconocido homie, que pese a ser letrado no olvida sus raíces de barrio.
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Por: Omar Ariel Cortes