Monterrey.- Gran sorpresa se llevó una mexicana provinciana de nombre Sandra López originaria de San Luis Potosí, al visitar la capital no reconocida de México, la ciudad de Monterrey, y darse cuenta que todos los niños tienen una actitud arrogante y grosera, y sus padres no solo les permiten ser majaderos sino que hasta les festejan sus maldades.
Sandra comenta que desde que llegó los niños regios le sacaban la lengua, le aventaban cosas, le jalaban el pelo y un sinfín de travesuras, y ninguno de los papás parecía reaccionar y hasta los alentaban a ser más groseros.
La chica señala que no entendía que pasaba hasta que su amiga a la que fui a visitar y tiene tiempo radicando en Monterey, le confesó que son los propios padres quienes alientan a sus hijos a portarse mal para que los Reyes Magos les traigan carbón en vez de juguetes, y así se ahorren comprar este material y puedan hacer sus carnes asadas:
“En todos lados hay niños groseros pero aquí parece que los padres los alientan a portarse mal. Mi amiga me dijo que cuando llegó era un infierno porque los niños pueden hacer cualquier travesura y los padres no los detienen, sino que hasta los alientan.
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Me dijo que posteriormente se enteró que los adultos les piden portarse mal para que los Reyes Magos les traigan varios trozos de carbón en vez de juguetes, y así puedan hacer sus carnes asadas ahorrándose comprar ese producto para prender fuego”, relató.
La mujer menciona que los niños regios crecen con la idea de tener una cultura del extremo ahorro y que las carnitas asada sea lo más importante en su vida, por lo que prefieren mil veces trozos de carbón en vez de juguetes:
“Monterey se ha convertido en un infierno por culpa de los infantes que pueden hacer lo que sea sin que los padres hagan algo, e incluso las autoridades solapan sus travesuras ya que les exigen dar el 10% del carbón que traigan los Reyes para que los gobernantes puedan hacer su carne asada gratis, por lo que todos los niños (y padres) esperan ansiosos cada 6 de enero para obtener su dosis de carbón de los Reyes, e incluso más de un infante se decepciona y llora desconsolado cuando los Reyes se equivocan y les traen un juguete en vez de carbón, porque no podrán hacer su carnita asada”, puntualizó.
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Por: Omar Ariel Cortes, idea de: Héctor Armando Hernández