10 tipos de gays, ¿a cuál de ellos conoces o cuál eres tú?

1.- El que se siente modelo y millonario por trabajar en Zara: es un gay que se siente tocado por Dios, y piensa que todo el mundo cree que por trabajar en Zara es modelo (cuando su única labor es doblar la ropa) y es el dueño de la tienda.

Cree que todos los clientes que entran a la tienda se lo quieren ligar, cuando en realidad solo le hablan porque es el empleado y necesitan de su ayuda.

 

2.- El que exige respeto, pero critica a todos: es una persona que se la pasa pregonando la idea de que “hay que frenar la homofobia”, y acude a todas las marchas gays pero no para defender sus derechos, si no para ligar y “presumir sus outfits”.

Acostumbra agredir a los demás y cuando alguien lo molesta se hace el mártir pidiendo respeto a la diversidad, aunque él se la pasa burlándose de los que “se visten naco, están prietos, son gordos, etc.” (y mínimo él tiene una de esos caracteristicas).

 

3.- El que asegura “que no se le nota”: es un tipo sumamente acomplejado por ser gay, y por eso vive cuidando cada movimiento que realiza para evitar hacer algo que delate su homosexualidad (exagera su voz, postura, etc., para parecer “más hombre”).

Afirma ser “100% varonil” solo porque no es travesti y se viste con ropa vaquera, aunque todos se dan cuenta de sus preferencias porque se le nota en la cara y como actúa.

 

4.- El que pide fidelidad, pero es promiscuo: esta persona tiene la obsesión de que lo vean como alguien fiel y respetable, cuando ya todos saben que se metió con la mitad de los gays de su ciudad y estados aleñados. Sueña con encontrar un hombre fiel y respetuoso, y se niega a andar con alguien que tenga la misma fama que él.

 

5.- El señor que solo lo usan para que pague las chelas: es un señor homosexual poco agraciado que sueña con encontrar a un chavito guapo y amable que se enamore de él por lo que es. En el trascurso conoce a varios que solo lo usan como cajero para que les pague todas las cosas.

El señor no entiende porque los chavos solo lo utilizan, pero se rehúsa a salir con alguien de su edad con quien tal vez si podría entenderse.

 

6.- El chichifo (mantenido): estas personas son extremadamente huevonas y creen que merecen ser mantenidos por (según ellos) “poseer una gran belleza”.

Quieren que la demás gente (incluso los que solo son sus amigos) les paguen todo, y hasta que le compren ropa u otras cosas.

 

7.- El que se siente un triunfador por ser conocido en el antro: es un gay que presume que “a él lo conocen en todos los antros gays”, cuando en realidad los gerentes solo le hablan bonito para que gaste en el lugar el poco dinero que gana.

Es de un barrio popular, pero acostumbra decir que vive en la colonia más rica de la ciudad aunque ya todos saben que es mentira.

 

8.- El que no le importa y sale con tacones: es un gay que no le importa que la gente se de cuenta de sus gustos y sale a la calle en tacones, maquillado, con blusas y demás accesorios femeninos.

Asegura que “está harto de que la sociedad imponga estereotipos y determine lo que debe ser masculino y femenino”, pero solo quiere lucir cosas de mujer. No es travesti, pero está a meses de serlo.

 

9.- El gay “intelectual”: se siente el erudito que México esperaba y asegura “no identificarse con los homosexuales” porque solo quieren ir al antro o ligar, y a él le interesan cosas muy diferentes como “el cine de arte, ir por un café, admirar una buena obra de arte, leer un buen libro”, y todas esas cosas que “solo la gente intelectualmente superior” hace.

 

10.- La inventada: jura y perjura que se mezcla con la crema y nata de la sociedad mexicana y mundial, señalando que sus amigos y ex son hijos de diputados, senadores, etc., cuando ya todos saben que es un tipo de clase media que no lo conocen ni en su colonia.

 

10.- El closetero (homofóbico): va por la vida dando una imagen de dizque macho viril y ofendiendo a los gays con la justificación de que le dan asco, pero busca cualquier pretexto para hablar de ellos y tener su atención. La vida se le va o de plano ya se le fue, y por la presión social se despedirá de la Tierra con el complejo de nunca haberse abierto y vivir su sexualidad como quería.

Por: Omar Ariel Cortes

 

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