Francia.- Jean-Pierre Pief es un joven universitario francés que se encuentra sumamente deprimido luego de que tuviera que regresar a su ciudad natal tras haber estado 5 meses de intercambio en la ciudad de Querétaro. La tristeza de Pief se debe a que -tras conocer nuestro país- ahora se siente decepcionado de su nación por ser “demasiado aburrida, culta, primermundista y glamorosa”.
Pief menciona que al principio no quería venir a México ya que había escuchado los rumores de que no se podía beber agua de la llave y había serios problemas de violencia, sin embargo relata que “estos defectos” de México le dieron un motivo a su vida por lo que ahora sueña con regresarse de inmediato cuando finalice la carrera:
“Tenía miedo de ir a México pero desde que llegué todos me trataron como rey: al ver que era rubio, de ojos verdes y fránces la gente me dio un trato de alteza serenísima, no se si les caía bien o que pasaba porque los mismos mexicanos no trataban tan bien a sus compatriotas como a mí. Desde que llegué a la ciudad todos quisieron hablarme y juntarse conmigo, mis compañeros no dejaban de presumirle a sus amigos que tenían un amigo francés, me trataban como si fuera una celebridad”, menciona.
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Pief menciona que en su país es solo “un francés del montón” y aquí era una celebridad por el solo hecho de ser rubio y extranjero, además de que en México hay muchas mujeres como le gustan: “en mi país todas son rubias, altas, con cara de muñeca y cuerpos perfectos, es tan aburrido. En México las chicas son muy diferentes y eso me gusta, ya estoy cansado de ver siempre lo mismo”, señaló.
Jean menciona que se enamoró de la corrupción e inseguridad que se vive en el país, por lo que ahora siente que Francia le queda cortó: “¡aquí con solo $3 euros puedes evitar que te multen si cometes una infracción al manejar!. Además muchas colonias alejadas del centro son sucias e inseguras, fue tan reconfortante caminar por las orillas de la ciudad e irme cuidando todo el tiempo de que no me fueran a asaltar ¡sentí tanta adrenalina y emoción!, cosa que nunca experimento en Francia porque todo es tan tranquilo”, dijo.
El francés señala que otra de las maravillosas cosas que descubrió de nuestra nación es que la gente puede enajenarse con la televisión fácilmente: “en Francia todos leen porque no hay programación buena, aquí hay un programa de una señora alta y flaca que supuestamente entrevista gente pero se la pasa gritándoles y todos se pelean ¡es tan emocionante!. Ahora entiendo porque aquí no leen, los programas de tele son tan divertidos. También me gusta un programa donde secuestran niñas que les gusta One Direction y luego una rosa aparece de la nada y suelta un viento y todo se resuelve”; comentó.
Según varios amigos de Pierre, el chico ahora los menosprecia por ser franceses: “el regreso sintiéndose más chaparrito, moreno y de genes mexicanos, no entiende que regreso siendo el mismo joven rubio y alto que era antes. Le parece de muy mal gusto que en las fiestas tomemos vino, el ahora solo quiere tomar caguamas. Él dice odiar a este país primermundista, asegura que lo suyo es un país en donde puede cenar en un puesto callejero por $1 euro (aunque se enferme toda la semana). Incluso odia que el transporte sea tan perfecto, extraña ir en un camión con 20 personas aplastándolo porque así se sentía acompañado. Él regreso sintiéndose mexicano y nos hace menos por eso”, puntualizó un amigo.
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Por: Omar Ariel Cortes