México.- Las vacaciones han terminado, un nuevo ciclo escolar ha comenzado, y con eso ha llegado el momento en que muchas de la universidades comiencen a recibir a sus alumnos de nuevo ingreso.
El primer día de clases es crucial ya que los nuevos universitarios conocerán a las personas con quien convivirán 4 años o más de su vida, por lo que todos ingresan queriendo dar una buena impresión.
Sin embargo, en el afán de quedar bien, los nuevos estudiantes hacen muchas cosas que rayan en lo ridículo. Algunos de esos puntos son:
1.- Entran con una actitud de querer demostrar que “son cultos, interesantes e inteligentes”: es común que el nuevo universitario intente hacerle creer a los demás que “está en otro nivel” ya que es un ser preparado que sorprenderá a todos con su enorme inteligencia.
Por supuesto esto se trata solo de una máscara, ya que conforme pase el tiempo irán mostrando su verdadera personalidad, que dista mucho de la imagen culta que pretendían dar el primer día de clases.
2.- Anotan cada palabra que el maestro dice para que crean “que irán a la universidad a echarle ganas”: es común que los alumnos parezcan robots y escriban cada palabra, punto y coma que el maestro dicte para que todos digan que “esta persona si le echará ganas y pondrá total empeño en su carrera”. Sin embargo, a los pocos días se percatará que puede aprender a su ritmo sin hacer la ridiculez de anotar cada palabra que el profesor diga.
3- Inventan excusas del porque decidieron estudiar esa carrera: seamos realistas, la mayoría de los alumnos ingresa a la carrera no porque sea su sueño, sino porque tenía que estudiar algo, fue en lo que quedó, o está experimentando.
Sin embargo, es común que cuando los maestros hagan la pregunta incomoda de “¿por qué decidiste estudiar esto?” el alumno invente algo como que “siente una enorme pasión por dicho rubro” o “desde siempre le llamó la atención esa licenciatura o ingeniería por la complejidad de su tema”, cuando el 80% está ahí dudando si eso es realmente lo que quiere estudiar (pero por supuesto eso no lo dirán).
4.- Pelearse por ser los primeros en responder lo que el maestro pregunte para que digan que “tiene una exorbitante inteligencia”: es común que durante el primer día el alumno quiera demostrar que tiene una inteligencia extremadamente superior, y por eso intente ser el primero en responder algo que el maestro pregunte.
Generalmente la persona que responde toma una actitud de “vean, soy bien inteligente que hasta la NASA me quiere secuestrar”, aunque lo que contesta no es nada extraordinario y hasta un niño de primaria lo sabe.
5.- Se llevan sus mejores garras para apantallar: lo común es que un día antes preparen sus mejores garras para apantallar, para que los demás digan que tiene gusto y así se vestirá siempre. Algunas ridículas (y ridículos) incluso llegan arregladas como si fueran ir a un a un antro, aunque este glamour les durará poco porque a la semana comenzarán a vestirse fachosos debido a ya no les importará intentar llamar la atención.
6.- Fingen que estan super ocupados respondiendo a su celular para que digan que “son personas muy sociables”: antes de que llegue el maestro, muchos universitarios fingirán estar todo el tiempo respondiendo mensajes de WhatsApp o Facebook Messenger para que todos digan que es una persona muy solicitada y popular, que no puede ni un minuto dejar de responderle a sus múltiples conocidos. Por supuesto solo hacen esto para no demostrar los nervios e inseguridad que tienen, y que no quieren reflejar.
7.- Se pelean por alabar a los profesores: algo mejor que intentar quedar bien con los compañeros, es comenzar a quedar bien con el profesor, por eso los alumnos son los primeros en lamerles las patas y hacer todo lo que pida, como cerrar la puerta, borrar el pizarrón, o incluso ir a comprarle algo a la cafetería, esto para que el profesor se dé cuenta que le será totalmente fiel y en un futuro lo ayude a pasar las materias.
8.- Voltean a ver al profesor o al pizarrón con cara de “todo lo entiendo perfecto”: al hacer esto, el alumno se pone más derecho y se coloca una mano en la barbilla para darse un aire más intelectual, para que todos digan que “tiene una capacidad sorprendente de analizar y comprender las cosas rápidamente”. Además responde con un pequeño gesto de “si” a todo lo que el profesor dice, para que piensen que su capacidad de raciocino es impresionante, aunque en realidad no entienda ni la mitad de lo que le estan diciendo.
Por: Omar Ariel Cortes