México.- Gran sorpresa y desconcierto se llevó Jacinto Pérez, un hombre chilango de 45 años de edad que desde hace 20 años viaja todas las vacaciones de Semana Santa a Acapulco, luego de entrar a un Bodega Aurrera y descubrir que venden unos “short especiales para meterse al mar”, percatandose que los calzones que usa en su vida diaria no son traje de baño, y no esta bien que ande luciéndolos por la playa (y menos cono “raja de canela” como normalmente los trae).
Jacinto señala que todas las veces que ha ido a Acapulco se va en un viaje organizado por los inquilinos de la vecindad donde vive que rentan un camión, mencionando que su familia se ha encargado de llevar lo necesario para tener una buena aventura en la playa, y él jamás había ido de compras para alistarse a su ida al mar, por lo que no conocía los trajes de baño:
“A diferencia de muchos chilangos que jamás conocen el mar o van ya de viejitos, yo pude ir a Acapulco cuando tenía 25 años. En ese entonces mis papás y tías organizaban todo para el viaje; se iban un día antes a comprar salvavidas, panes bimbo, jamón y refrescos para llegar al mar y hacer un picnic frente al mar.
A mi nadie me dijo que había trajes especiales para meterse al mar, obviamente no me iba a meter con ropa así que me quitaba todo menos mi calzón, y además todos los de la vecindad hacían lo mismo.
Así pasó el tiempo, yo solo me encargaba de subirme al camión con mi casa de campaña y me olvidaba de todo, incluso cuando me casé mi vieja fue la que se empezó a encargar de ir por los bolillos y panes para hacer tortas.
Sin embargo, esta vez en Acapulco se nos acabaron los víveres y me mandaron al Aurrera a comprar más bolillo y jamón, y luego luego al entrar vi unos tipos shorts pero más delgados en oferta, le pregunté sorprendido a un empleado que eran y me dijeron que traje de baño. El empleado me miró como con asco porque ingrese al Aurrera en calzón, ósea es la playa ¿qué tenía de malo?, y fue ahí cuando entendí que tal vez lo correcto era usar esas cosas llamadas traje de baño y no pasearme en calzón”, comentó.
El hombre señala que hizo una prueba y se dio cuenta que efectivamente no era correcto que se paseara en calzón trusa por todo Acapulco: “fui con mis trusas aun Oxxo y todos me veían como con asco, unos se volteaban e incluso me gritaban groserías. Posteriormente fui a otro Oxxo pero esta vez con mi traje de baño que me llegaba a la rodilla y tapaba mis nalgas, y ahí nadie me dijo nada; unos se reían de mi panza pero hasta ahí, lo mejor es que no me vieron feo y me trataron de forma decente, fue tan hermoso”, relató.
Pérez señala que al regresar con sus compañeros chilangos todos lo miraron sorprendidos por la ropa que lucía: “mis vecinos, principalmente los hombres, me preguntaron porque me había puesto short para entrar al mar, incluso algunos me tacharon de naco y se rieron. Les dije que no era short, era algo llamado traje de baño y les presumí que por primera vez en 25 años los acapulqueños no me habían visto feo al pasear por la calle con eso.
Todos se quedaron impactados y me preguntaron que se sentía, la verdad si es algo incomodo ya que con este traje no se te orean las nalgas y pues es más pesado a la hora de entrar al mar, pero vale la pena por no ser señalado, incluso hasta unas personas en la calle me dijeron buenas tardes, en cambio antes me veían paseándome con mi calzón y se cruzaban, fue algo hermoso ser tratado con dignidad”, comentó llorando de la emoción.
Por: Omar Ariel Cortes