Guanajuato.- Gran sorpresa se llevaron una pareja de esposos “Fifí” que lograron pasar los exclusivos filtros para visitar Guanajuato Capital (al comprobar que tienen millonarios ingresos), luego de que arribarán a la ciudad y literalmente pareciera un “pueblo fantasma”, señalando que por más kilómetros que recorrían no había señales de vida..
“Se nos antojó visitar un pueblo no tan lejos de la CDXMX, así que nos dirigimos a Guanajuato pero apara nuestra sorpresa había un retén en la entrada donde nos teníamos que registrar y demostrar que tenemos solvencia económica alta.
Finalmente comprobamos que somos millonarios y nos dejaron pasar mientras miles esperaban en la fila. Fue algo curioso porque cuando entramos a la ciudad no había nadie, era totalmente un un pueblo fantasma”, comentó la mujer.
La testigo señala que tras horas de no ver señales de vida, finalmente encontraron a una persona con un enorme aro en el cuello, quien les dijo que él era guía de turistas, y les confesó la macabra verdad del porque las calles estaban desérticas:
“Nuestro rey Alejandro Navarro de un día para otro ordenó que ya no podían entrar los pobres, sin pensar que el 90% de los habitantes de Guanajuato son o hippies y estudihambres (estudiantes de bajos recursos). No midió las consecuencias y este es el fatal resultado (señalado las calles vacías), yo soy uno de los pocos pobres que puede ingresar pero solo un par de horas para trabajar, si no salgo de la ciudades antes de mi hora acordada este aparato que traigo en mi cuello explotara, porque realmente no quieren que ningun jodido se pasee por la ciudad, a menos que sea para realizar el oficio más popular de la entidad, que es ser guía de turistas”, relató.
El hombre menciona que el 10% de los habitantes restantes que si son ricos ahora viven refugiados en los callejones como vampiros, esperando que sus días pasen para no tener que volver a salir y ver otra vez pobres: “solo un 10% de la población resultó ser de clase alta, o por lo menos tener el dinero mínimo que el rey impuso. Por las noches abren sus ventanas desde lo más alto de los callejones, si volteas la mirada al cielo podrás ver en las grandes casas sus rostros, mirándote y esperando que se vayan, esto se ha vuelto una locura”, comentó llorando el guía de turistas.
Los visitantes mencionan que en las calles vacías se apreciaban restos de hilo cáñamo con los que los hippies hacían sus pulseras, palos con aros de fuego tirados con los que realizaban malabares para ganar una monedas, así como pomos de Tonayán y mochilas abandonas que dejaron los estudihambres que fueron sacados a la fuerza por ser pobres:
“Los restos de una ciudad alegre pero pobre quedaron ahí; al ver todas esas cosas tiradas en medio de la nada podía imaginar a los jóvenes comiendo pizza de $15 pesos con refresco gratis, yendo a una cantina barata a tomar mezcal, o en las escaleras del Teatro criticando la ropa de los que pasaban. Hoy eso son solo recuerdos, ahora esta es una ciudad fantasmas, donde ni los Fifí quieren entrar”, comentó consternado el visitante.
Por: Omar Ariel Cortes