México.- Gran sorpresa y desconcierto experimenta Rogelio Sánchez, un mexicano promedio que como millones se dejó engatusar con las supuestas ofertas de El Buen Fin, luego de que este año nuevamente volviera a caer “en la fiebre de comprar cosas innecesarias”, y adquiriera una pantalla de plasma que no necesitaba, pero que no podía desaprovechar la oportunidad de adquirirla “porque estaba a un 30% de descuento (que primero le aumentaron)”, y además le regalaban unas bocinas inalámbricas.
Rogelio menciona que no sabe como le hacen, pero los de El Buen Fin siempre terminan convenciéndolo de adquirir cosas innecesarias, al grado de que se gasta el dinero que debe utilizar para preparar una cena decente en navidad.
“Año con año prometo que ya no comprare cosas innecesarias, pero hacen El Buen Fin justo en quincena, aprovechan que toda la gente se alborota con las ofertas, y la verdad si se siente feo ser el único en la tienda que no sale con nada.
El año pasado compré una laptop aunque ni la uso, una bicicleta y ahora una televisión aunque ya teníamos una. Pero no importa, ya estoy pensando en vendérsela a mi vecino aunque me pague menos de la mitad por ella. por haberse devaluado al salir de la tienda”, relató.
Rogelio menciona que cada Buen Fin ¿ él sale perdiendo ya que compra cosas que no necesita, y luego no tiene para comer en navidad: “se viene la época de gastar y yo había administrado el dinero para hacer una cena decente, comprar unos regalos y todo eso, pero no pude resistirme a la oferta de la TV de plasma de El Buen Fin. Al llegar a la casa mi vieja me regañó porque apenas el año pasado cómpranos una, y la verdad si sentí feo de desperdiciar el dinero, pero por lo menos todos en el supermercado se quedaron impactados cuando salí con mi tele nuevecita.
Ni modo, a buscar comprador para la tele, porque si no no habrá pavo, y no quiero que pase como el año pasado que por gastar en El Buen Fin comimos frijoles charros. Ahora si quiero algo decente para compartir con mis hijos”, mencionó mientras veía la tele sin poderla sacar de la caja, porque entonces le sería más difícil venderla.
Por: Omar Ariel Cortes, idea de: Luis Morales