Feminista logra salvar a 300 mujeres rayando decenas de paredes

México.- Gran sorpresa se llevó Sandra Macharro, la lideresa de una asociación feminista del norte del país, luego de recibir de forma misteriosa cientos de cartas, correos electrónicos y mensajes privados en sus redes sociales, de mujeres que le agradecieron que “gracias a su intensa lucha pudo salvarlas”, señalando que no entendía que pasaba ya que lo único que ha hecho es salir encuerada a manifestarse (y todavía se enoja si le ven los senos), no depilarse y pintarse los pelos de las axilas de colores, quejarse todo el día en Facebook, y rayar cientos de fachadas de negocios y casas con mensajes feministas (para enojarse con los dueños de los lugares que le reclaman que les pague la pintura para reparar los daños).

Y aunque el anuncio de que había ayudado a casi 300 mujeres se hizo viral entre las otras feministas de la localidad y Macharro presumía con un tono arrogante su logro, en el fondo meditaba una y otra vez que había hecho, ya que incluso ella misma sabía que no había ejecutado nada relevante más que las cosas antes mencionadas:

“Realmente no pensamos que Sandra hubiera hecho algo importante: se la pasa pregonando en Facebook que ella ayuda a las mujeres, pero lo único que hace es ofender a los hombres y horas después pedirles sexo, no depilarse, enojarse por quien la ve por ser materia gris y ocupa un lugar en el espacio, y rayar paredes.

Incluso ella dudaba de que hiciera alguna lucha real, sobre todo porque ya borracha llegó a aceptar que critica a las mujeres que tanto dice defender por como se ven, se visten y se comportan. Ella comenzó a presumir orgullosa los agradecimientos que comenzó a recibir de las mujeres, pero ni siquiera sabia que había hecho para ayudarlas”, relato una colega.

Macharro menciona que finalmente descubrió su gran ayuda a la sociedad fue precisamente rayar paredes ajenas, lo que permitió salvar a miles de mujeres y lograr abortos: “un día iba por la calle a altas horas de la noche y corría un gran peligro, sin embargo noté que en una parte de la calle como se creo un aura invisible que  me protegía. Era como si un escudo me protegiera.

Fue raro porque noté que solo me sentía segura enfrente de una pared que tenía grafitis con mensajes como “¿Nosotras somos las violentas?”, “la revolución será feminista”, “aborto legal”, “ni una guacha menos”, “somos putas”, entre otros.

No es broma: solo en el espacio de la pared rayada estaba segura al 100%, así que me quede ahí por una hora en lo que llamé a alguien que fuera por mí, sin salirme de la pared porque solo ahí por alguna razón estaba protegida” ,relató Julia Sánchez, una ciudadana.

Al testimonio de Julia se unieron cientos de confesiones similares, y todas coincidían en algo: se sentían protegidas al lado de una pared grafiteada. “mi caso fue muy similar al de Julia solo que en circunstancias diferentes, para no hacerles el cuento largo gracias a ella pude abortar de forma legal y con aprobación de todos, hasta de la iglesia, pero tenía que abortar junto a la pared rayada de mensajes si no la gente se me echaba encima. Es como si esa pared tuviera poderes, y al hacer mi aborto me propuso buscar a quien grafiteó dicho edificio, descubriendo que era Sandra, mi ángel guardián.

Lo mejor es que la mujer se encargó de rayar paredes ajenas en decenas de lugares: casas, edificios, escuelas, hospitales, ningún inmueble se salvaba de su vandalismo que ella llama lucha feminista, y gracias a eso, cientos de féminas pudieron estar seguras en esas paredes rayada que parecían grafiteadas por cholos, pero que en realidad nos protegían”, comentó otra beneficiada.

Macharro por su parte mencionó sentirse orgullosa de su inmensa lucha ya que solo grafiteaba, se tomaba fotos para subirlas a Facebook, y se iba a tragar chicharrones con cueritos mientras criticaba mujeres por cómo se visten y comportan, señalando le calló la boca a todos los que decían que no lograría nada peleando por Facebook y vandalizando paredes, situación que finalmente ayudó a casi 300 mujeres, y todo gracias al poder feminista y un buen bote de pintura en spray.

Por: Omar Ariel Cortes, idea de: Joan Avilés

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