México.- Gran tristeza y enojo experimentó Rogelio Pérez, un tierno adolescente de solo 30 años de edad (31 años ya la próxima semana), luego de regresar a su casa a las 8 de la noche luego de tener un largo ensayo con la banda de rock de la que es integrante, y descubrir que sus padres (con los que todavía vive) no le habían preparado nada para cenar, y lo peor, que no estaban en la casa.
Rogelio señala que le parece incomprensible que sus “jefes” se hayan salido sin prepararle algo de cenar, cuando desde hace 30 años saben que tienen que dejarle de comer ya que llega muy cansado de ensayar, y lo menos que espera es llegar a su hogar y degustar un rico plato para reponer energías:
“Fui con mi banda a ensayar toda la tarde porque nos vamos a presentar en la fiesta de bienvenida de la facultad donde estudio (Filosofía). Lo menos que esperaba era regresar a mi casa y comer unas ricas enchiladas, unos chiles en nogadas o ya de perdido una torta… pero llegó y no había nada ni en la mesa, ni en la estufa ni en el refrigerador, y todavía mis jefes me dejan una nota diciendo que habían ido al cine y luego a un festival en el centro de la ciudad y regresarían tarde, la neta si me emputé.
No me hubiera molestado si por lo menos me hubieran preparado algo o dejado varo para comprar unos tacos o garnachas, porque ellos saben que ahorita ando erizo (sin dinero) ya que estoy invirtiendo en grabar el nuevo CD de mi banda, la neta que poca madre que me dejaron así como hambreado”, relató.
Pérez menciona que su irá estalló aún más cuando buscó en la alacena y solo había una Maruchan y un atún: “la neta que poca de mis jefes que saben que le echo ganas con mi banda de rock para sacar algo de varo y ya dejen de estar fregando que no aportó dinero para la casa, y lo único que espere después de partirme el lomo ensayando es llegar y que haya algo chido de comer. Pero aparte de que no había nada preparado en la alacena solo haya una simple Maruchan y un atún.
Al chile no mamen, hace 10 años cuando me fui a otro estado a estudiar una ingeniería eso era lo que comía todo los días porque era estudihambre, solo duré 6 meses así porque al chile no está chido estar fuera de tu casa y la ingeniería no era lo mío, lo mío es la Filosofía y me he atrasado un poco para salir (8 años) pero ahora si ya estoy por egresar. La diferencia es que ya no estoy para comer Maruchan y atún como si fuera estudihambre porque vivo en mi casa. O sea, si soy estudiante pero vivo con mis papás, lo menos que espero de ellos es que me den de comer algo decente”, comentó el querubín treintón.
El hombre señala que mientras comía el atún imaginaba ir por unos tacos o unas garnachas con Doña Pelos, pero no traía dinero: “que poca abuela de mis padres que no me dejaron ni $50 varos para unas garnachas, pero ya ni pedo, que se acuerden que yo les doy la mitad de mi Beca Manutención (PRONABES) y lo menos que pueden hacer es prepararme unas enchiladas si van a salir, porque si había chiles y tomate en el refrigerador para yo preparármelas, pero la neta la salsa no me queda chida y además no había ni crema ni quesito, y ni modo de comérmelas pelonas”, comentó mientras ingería su Maruchan con asco.
El angelito señala que se quedó hasta la madrugada mandando “matchs” en Tinder, hasta que sus padres finalmente se dignaron a regresar con la sorpresa de que le habían traído unos tacos: “me saludaron y vieron que estaba enojado, y todavía se hicieron que no sabían que pedo. Les dije que que poca que voy a echarle huevos con mi banda para volverme famoso y aportar para la casa, y no puedan ni incentivarme dejándome algo de comer. Al final si me comí los taquitos pero porque la neta si me había quedado con un chingo de antojo de cenar algo bien.
Y además ya hablé con mi mamá y le dije que si se vuelven a salir chido, pero que por lo menos me deje de comer. Yo le hecho ganas para que tengan un hijo famoso, lo menos que pueden es ayudarme preparándome chido de cenar, nada le cuesta y además yo no pedir nacer, si ya estoy aquí lo menos que pueden hacer es consentirme”, puntualizó.
Por: Omar Ariel Cortes, idea de: Eric Con C