1.- Le regalas a los niños ropa en vez de juguetes: es la situación más eficaz para demostrar que tu niño interior ha sido enterrado para siempre y ahora solo eres un adulto amargado. ¿Realmente no tienes ni un vago recuerdo de cuando eras niño y esperabas ansioso abrir un regaló añorando que fuera un sorprendente juguete para divertirte horas con el?, ¿o cómo es posible que haya muerto el último rastro de tu niño interior y ahora le provoques una tremenda desilusión en los infantes regalándoles ropa?.
Si, sabemos que tal vez quieres ayudar a la economía de los padres apoyándolos con ropa, pero vaya ¡el regalo es para los niños no para sus papás!. Realmente no hay nada más decepcionante para un infante abrir un regaló y ver un pantalón o una playera, y no, que la prenda tenga el dibujo de un superhéroe o caricatura no minimiza la decepción que sienten.
2.- Ya no tienes ningun recuerdo del día del niño: tal vez tengas un vago recuerdo de como te divertías en tu cumpleaños o la emoción que sentías al abrir los regalos de navidad, pero si por más que intentas no te viene a la memoria ningún momento mágico de como celebraste el día del niño, eso quiere decir que eres oficialmente un adulto amargado y tu infante interior ha sido enterrado para siempre, por lo que la inocencia y alegría pura nunca más volverá a ti.
3.- Tratas a los niños queriendo que tengan la misma madurez que un adulto: si no tienes tacto para tratar a los niños y les hablas como si fueran un adulto esperando que se comporten de la misma manera “madura” que tú cuando ellos solo tienen 10 años o menos de existencia en la Tierra, eres el claro ejemplo de que los recuerdos de tu infancia han sido borrados para siempre y no se podrán recuperar ¿acaso no recuerdas cuando eras niño y veías a los adultos como seres inalcanzables y que tenías que obedecer, e incluso con temor porque obviamente eran superiores a ti?.
Si además agredes, humillas y maltratas a los infantes porque no reaccionan con la misma “madures” que un adulto, tu niño interior definitivamente tu niño interior ha muerto… y tú también mereces hacerlo.
4.- Haces cosas como que tu hijo te pide que le compres unas burbujas en la plaza y le respondes que “se esperen a llegar a la casa para que allá las hagan con jabón”: cuando un niño te pide unas burbujas o globo en una plaza es porque quiere jugar en ese momento y divertirse un rato en ese lugar, donde seguramente hay más niños con quien puede convivir. Eso de “en la casa las hacemos” es una tontería porque las burbujas ni se disfrutan igual, y la casa no es un parque para divertirse de la misma manera, ¿acaso cuando tú quieres salir con tus amigos a un bar o antro para distraerse, argumentas que mejor se queden en la casa porque es más barato?, lo mismo pasa con la ilusión de los niños al estar en un lugar.
5.- Le preguntas a los niños porque les gustan ciertas cosas si son “demasiado inmaduras”: volvemos al punto 3; los infantes son seres humanos que llevan menos de 10 años en el planeta y tu les triplicas o hasta cuadriplicas la edad, por lo que para ti resulta ilógico y frustrante que les gusten cosas inmaduras, pero eso es porque tú ya tienes -literalmente- 3 o 4 vidas equivalente a los que ellos llevan en la Tierra. Déjalos disfrutar su entorno y que aprendan, que para estar a la par tuya todavía les faltan muchas décadas de vida y aprendizaje.
Por: Omar Ariel Cortes