1.- Siempre te faltará dinero para comer… pero nunca te faltará para comprar “chelas”: seguramente muchas veces intentarás descifrar porque se genera este curioso fenómeno, sin embargo nunca -literalmente nunca- encontrarás una explicación lógica ya que cuando menos te des cuenta estarás borracho y rodeado de alcohol aunque no tengas ni un solo peso en el bolsillo.
2.- Vivirás en lugares horribles al principio: como no conoces a nadie en la ciudad -y seguramente buscaste un lugar para rentar en internet o en un anuncio- hay altas posibilidades de que caerás en las garras de un rentero que te cobrará un dineral por alquilarte un cuarto muy sencillo (y en el peor de los casos compartido) y que te vigilará y limitará peor que tus padres. Lo más seguro es que te saldrás de ahí en cuanto te hagas amigo de alguien que también es de fuera y juntos puedan rentar una casa sola en donde puedan hacer lo que les plazca.
4.- Viajarás cada semana a tu lugar de origen (solo si está a máximo 3 horas de distancia): por alguna extraña razón los estudiantes foráneos (y sus papás) no pueden vivir sin regresar cada fin de semana a su lugar de origen. Da por hecho que el dinero para comprar tu boleto de camión será totalmente intocable -así te estés muriendo de hambre o de ganas de tomar-. Además de la presión de tus padres, morirás por regresar a tu casa para ver a tus amigos, comer en exceso, lavar, disfrutar de las comodidades que ya no tienes y para asaltar la alacena con el fin de llevarte la despensa que tendrá que rendirte para toda la semana.
5.- Tu casa se convertirá en la casa de las fiestas: si vives solo o con amigos hazte a la idea de que tu casa se convertirá inevitablemente en la casa de las pedasdonde llegarán a tomar tus compañeros que son originarios de la ciudad y viven con sus padres. Acostúmbrate además a que tu sillón se convertirá en algo así como “el cuarto oficial de los borrachos” que se quedarán a dormir porque ya están bien pedos o porque no quieren gastar dinero en un taxi para regresarse a su casa.
6.- Te pelearás constantemente con tus roomies: aunque te lleves bien con tus roomies siempre habrá diferencias en el tema de los quehaceres domésticos porque unos serán excesivamente limpios y otros excesivamente sucios. Además misteriosamente desaparecerá el jamón que trajiste para toda la semana, tu garrafón de agua disminuirá día con día, te quedarás sin shampoo para lavarte el pelo porque alguien se lo gastó, entre otras muchas cosas que inevitablemente harán que te disgustes con los que vives.
7.- Faltarás a clases las veces que quieras: como no hay nadie que te vigile te darás el lujo de faltar a clases cuando tengas flojera o porque prefieras irte a otro lugar. Te volverás un experto en llegar al límite de faltas permitidas sin que te reprueben o te las ingeniaras para faltar demasiado y que al final el profesor te perdone las ausencias.
Por: Omar Ariel Cortes