México.- Horas de terror y angustia experimenta Emanuel Rodríguez, un hombre hípster/vegano/pansexual/ateo/alternativo, luego de que conociera a Samantha, una joven que le hizo sentir las llamadas “mariposas en el estómago” que hace años no experimentaba tras tomar la decisión de comenzar a proteger a los animalitos.
Emanuel comenta que cuando se percató de todo lo que sufren los animales en el mundo y que él podía poner su granito de arena para hacer un cambio, decidió dejar de comer carne con la esperanza de que los rastros cierren, pero además también tomo otro tipo de pequeñas acciones, como dejar de ilusionarse con alguien para no sentir mariposas, y por ende no tenerlas atrapadas en su panza:
“La gente cree que lo de las mariposas en el estómago es una expresión metafórica, pero cuando conocía a alguien que me gustaba realmente podía experimentar como volaban las maripositas en mi interior y sé que eran reales, te lo digo porque yo tengo una conexión más profunda con los animales. No es una su poción, de hecho Murakami habla de algo así en uno de sus libros, de que los animales volando que sentimos son de verdad.
Decidí sacrificar mi felicidad por estos seres diminutos volviéndome una persona fría para no tenerlos atrapados en mi interior, sin embargo conocí a Samanta y no puedo evitar dejar de sentir lo que siento. Cuando la veo por unos momentos todos es felicidad, pero luego pienso en las mariposas y me siento culpable”, comentó llorando.
Rodríguez señala que cuando se volvió frio todas las personas se portaban igual con él, y eso ayudaba a no ilusionarse, pero con Samanta todo es diferente. “me volví una persona meticulosa capaz de controlar mis emociones, muchos me preguntan cómo no me he vuelto loco si contengo mis emociones, y yo les digo que todos esos sentimientos los trasmito a los cortometrajes sobre indígenas, prostitutas y migrantes que hago para sensibilizar a la población, toda mi energía la paso para allá y por eso creo un equilibro emocional.
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Sin embargo, con Samanta es diferente; aunque intenté ser un monstruo con ella no puedo, y lo peor es que cuando me ve parece estar ilusionada igual que yo, y eso es lo que me hace sentir las maripositas que no tienen la culpa de nada”, relató consternado.
El hombre menciona que hará lo posible para experimentar eso, aunque deje de ser feliz: “mis amigos dicen que me dé una oportunidad y no arruine las cosas, pero yo quiero más a los animales que a mí. Aceleraré el proceso de enamoramiento que vivimos todos los humanos: conocemos a alguien que nos atrae y pensamos seremos felices para siempre, salimos, se va haciendo todo monótono, nos peleamos, nos contentamos, nos peleamos, nos contentamos y así 30 veces, hasta que finalmente llega el rompimiento.
Haré ese proceso pero más rápido, porque no puedo soportar el hecho de tener a esos seres indefensos encarcelados en mi panza, ¿a ti te gustaría que te tuvieran encerrado en una jaula diminuta donde apenas te pudieras mover?, entonces entenderás porque me siento tan culpable”, puntualizó.
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Por: Omar Ariel Cortes, idea de: Jokoke Montero