México.- Brayan Pérez, un joven carnicero de 20 años del mercado de su colonia, nunca se imaginó que su vida cambiaría por completo luego de que decidiera salir a pasear con la bata que utiliza para no mancharse la ropa cuando realiza su trabajo.
Brayan señala que un día tuvo que cerrar temprano ya que iban a fumigar el mercado, por lo que aprovechó para ir a dar la vuelta al centro ya que tendría la tarde libre:
“Aproveché que tendría la tarde libre para ir a pasear pero la neta me dio hueva cambiarme y me fui con la bata puesta, desde que me alejé 3 calles del mercado la gente comenzó a comportarse rara conmigo: todos me sonreían, las señoras agachaban su cabeza indicando que sentían respeto por mí, los niños me saludaban y querían tomarse fotos conmigo, todos los autos se detenían para darme el paso, entre otras extrañas cosas”, comentó.
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El carnicero menciona que fue a sentarse a la plaza principal e inmediatamente se acercaron 3 jovenes que también traían bata: “cuando los vi pensé que eran carniceros de otro mercado, sin embargo inmediatamente me preguntaron que en que escuela estudiaba o en que semestre iba porque nunca me habían visto. Yo no entendía nada hasta que comenzaron a decirme que sabían porque había salido con la bata puesta; me dijeron que a ellos también (como a todos los estudiantes de medicina) ya se les hizo obsesión salir con dicha prenda a todos lados para que la gente se entere que son un ente superior por estudiar medicina. Yo solo le seguí la plática y no les dije que era carnicero porque los veía muy ilusionados hablando sobre todos los beneficios que traía salir a la calle con la bata puesta”, dijo.
Pérez señala que los jóvenes le mencionaron que tuviera cuidado ya que usar la bata se vuelve una adicción: “me dijeron que se vuelve una obsesión, como reciben trato preferencial en todos lados llega un punto en que se niegan a quitársela. Me confesaron con lágrimas en los ojos que ellos ya estaban muy mal porque no concebían su vida sin salir con la bata puesta”, comentó.
Brayan menciona que tras hablar con los estudiantes decidió seguir disfrutando toda la tarde del trato V.I.P que la gente le daba por confundirlo con uno de los futuros “heroes sin capa” que salvarán miles de vidas, por lo que se estuvo paseando sin rumbo fijo con la bata puesta cerca de 3 horas más solo para que lo vieran.
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Por: Omar Ariel Cortes