México.- Gran sorpresa se llevaron las integrantes de la asociación feminista “sin semen si hay concepción”, luego de organizar un desfile para exigir que el día de muertos sea nombrado como “día de muertas” (con la finalidad de empoderar a las mujeres y quitarle beneficios a los machos opresores que por años han gobernado con su yugo minimizando a las féminas), al ver como sus planes de manifestación prácticamente se veían frustradas luego de que los varones les tendieran una que prácticamente era imposible de evadir.
Las feminazis defensoras mencionan que los opresores han intentado frenar su lucha con todo: desde chorros de agua, gas lacrimógeno, una barra humana de policías, y por lo único que se llegan a descontrolar es cuando un hombre se desnudaba frente a ellas, señalando que no permitirán ese símbolos de poderío masculino extremadamente grotesco (aunque ellas el 99% de sus marchas también van encuerdas).
Las feministas mencionan que creían que juntas son invencibles, hasta que se toparon con algo con lo que todavía no pueden luchar: una barrera de garrafones de agua, símbolo dominador que las ha frenado por años.
“Todo iba perfecto en la marcha: las integrantes llegaron con los requisitos que pedimos que era solo vistiendo un short y en toples, axilas velludas, cabello corto al ras y un arete como de toro en la nariz para demostrar austeridad e infundir más miedo.
Iniciamos y poco a poco comenzaron los obstáculos: soportamos los chorros de agua y hasta aprovechamos para bañarnos, llegó el gas lacrimógeno pero en la asociación lo respiramos a diario para hacernos inmunes, las bombas molotov las devolvíamos con un bat cuando nos las lanzaban, escalamos las murallas de policías, y de hecho nuestro cuerpo se ha vuelto tan fuerte que sus garrotes se rompen cuando nos golpean con ellos.
Nada lograba detenernos hasta que de repente vimos algo impensable: una fila de garrafones Santorini que impedían nuestro paso”, comentaron.
Las rebeldes comentan que no le tienen miedo a los garrafones, pero por ahora se han resignado a no encontrar un método que les desarrolle una musculatura como la de los hombres para poder cargar ese mega símbolo fálico lleno de agua:
“Eran 20 garrafones en hilera que impedían nuestro paso. Pudimos saltarnos o regresarnos, pero eso es sinónimo de derrota ya que es igual de patético evadir los obstáculos que darse por vencida. Si evitamos la trampa en vez de enfrentarla será un éxito más del patriarcado, que dirá que no pudimos sortear sus pruebas. Debíamos demostrar nuestro empoderamiento”, comentó Genesis Macharro, la lideresa.
Genesis menciona que ella orgullosamente es la más fuerte y musculosa del grupo ya que practica fisicoculturismo, pero ni su energía física y mental pudieron contra un garrafón: “llevo meses preparándome físicamente pero también mentalmente porque los garrafones son la máxima prueba a vencer del feminismo. He levantado pesas de 100 kilos pero la densidad del agua en los garrafones lo hace más pesado, y no voy a decir que mi cuerpo es diferente, pero aún no hemos encontrado el antídoto para no ser tan frágiles físicamente en comparación de la anatomía del varón.
Confío en que llegará el día en que obliguemos al gobierno a vender agua máximo en presentaciones de galón, y este mega símbolo fálico del garrafón desaparecerá para siempre.
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No se te olvide maldito cerdo opresor que iremos por ti y todos los miembros masculinos de tu familia, y los haremos sufrir lentamente como ustedes lo han hecho con nosotras por siglos. Y deja de verme aunque te este hablando porque ya me di cuenta que me comes con los ojos, ¡pervertido sádico depravado acosador!”, le gritó Macharro a un repartido de agua Santorini que no estaba contra su lucha, simplemente puso los garrafones en la calle porque los iba a surtir a una tienda.
Este error del repartidor de Santorini provocó que nuevamente la lucha feminista no viera el triunfo, aunque si es de las pocas veces que algo externo desestabiliza una de estas manifestaciones ya que siempre son las mismas feministas las que se terminan atacando y peleando entre si, porque toleran todo menos la intolerancia, y todas sin tan intolerantes que es intolerablemente intolerante soportar su nivel de intolerancia. O también se olvidan de su lucha por ligarse unas con otras.
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Por: Omar Ariel Cortes, idea de: Emmanuel Burciaga