México.- Jacinto Pérez a simple vista parece un mexicano normal: trabaja de Godínez, utiliza el tiempo libre para ver Netflix, y se la pasa posteando estados de Facebook contra el gobierno en Facebook. Sin embargo, hubo algo que llamó la atención de sus conocidos: el hombre no se emocionaba tanto con los partidos del Mundial como el 99.9% de la población.
Al principio todos pensaron que Jacinto era gay y no le interesa el futbol porque se enfocaba más en la moda y esas cosas, pero luego se percataron que en época de Mundial tambien los gays se contagian de la fiebre, y además muchos ven los partidos para admirar a los jugadores.
Sin embargo Pérez se mostraba indiferente: su mirada siempre era meticulosa, como analizando algo para esperar el momento de atacar.
Cansado de que partido tras partido de la Selección Mexicana Peña Nieto privatice algo (recordemos que el mandatario empezó con esta táctica desde el Mundial pasado de Brasil 2014), Jacinto decidió que si alguien no tomaba las riendas de cuidar a la nación, entonces lo haría él: no vería los partidos para vigilar a EPN y evitar que mientras la gente esta enajenada con el futbol, vendiera alguno de nuestros recursos a empresas extranjeras:
“Estaba harto de ver a la gente quejándose por Facebook de que nadie hace nada por estar todo el día en Facebook, o de lamentarse que mientras todos estan idiotizados con el futbol Enrique privatiza el agua, el aire, el fuego y hasta nuevos elementos que aún no existen.
Estaba harto de que la gente que meses antes escribía que el futbol idiotiza al pueblo, ahora ellos son los primeros en comprar los Paketaxos y chelas para ver los partidos, dejando la puerta libre a nuestro presidente para robar.
Harto que en vez de hablar de temas políticos se la pasen dialogando de lo bueno que es el Chucky Lozano, y que ellos jugaban mejor cuando eran adolescentes pero se chingaron la rodilla, ¡harto de tanta mamada!”, dijo.
El hombre señala que mientras todos veían este miércoles el “México vs Suecia”, él se armó de valor e hizo lo mismísimo Zapata hubiera hecho si viviera en esta época: prendió el canal del Congreso para ver que decían:
“Fue una labor de suerte y planeación. Primero tuve que hacerme amigo de un periodista que trabaja en Los Pinos cubriendo los eventos de gobierno. Al tener el aliado (por suerte como comenté) miré todo el día el canal del Congreso, específicamente durante el partido México vs Suecia, que obviamente fue cuando noté algo raro: ¡empezaron a insinuar que Peña privatizaría el aire!.
Rápidamente comencé a postear en Facebook lo que estaba pasando, por supuesto nadie hizo caso y tuve que usar la vieja confiable: pagar más de $10.000 pesos en publicidad de Facebook para que a la población le llegará mi mensaje sí o sí.
Rápidamente 2 personas compartieron la información, luego 3, 10, 100, 10000, hasta que la publicación se hizo viral. En ese momento mi amigo reportero le informó a Peña que ya todos sabían sus intenciones y no podía privatizar nada porque la gente estaba alerta, pese a que el partido continuaba.
Mi amigo comenta que Enrique solo puso una mirada de enojo, tomo la hoja donde iba a firmar la privatización del aire y la rompió del coraje, retirándose diciendo que esto no se quedaría así, mientras sus ojos empezaban a ponerse llorosos de la impotencia.
Por sujeto nadie supo que yo fui ese héroe anónimo que por no ver el Mundial evité que Nieto privatizara otro recurso, pero dentro de mí me siento sumamente orgulloso: camino por la calle y veo la sonrisa de los niños, la mirada serena de los viejitos, el cansancio de los trabajadores, y me queda la satisfacción de que aunque nadie lo sabe, yo fui el que impidió que a la gente le cobrarán por respirar, todo por hacer algo y no ver el Mundial, para así calmar a Peña”, puntualizó mirando al horizonte.
Por: Omar Ariel Cortes