México.- Grandes horas de emoción y alegría vivió Augusto López, un universitario a punto de egresar luego de que el día de hoy se realizara la ceremonia de entrega de constancias de estudios de su generación. La felicidad de Augusto radicó en que pensó que la constancia ya le daba el pase directo a graduarse e incluso que era un equivalente al título profesional, por lo que el futuro licenciado no tardó en presumirle a sus contactos de Facebook con gran orgullo el papel que le dieron y que en realidad no tiene ninguna validez ni le garantiza nada:
“Hoy fue un día muy especial para mí… ¡ya soy licenciado de manera oficial!, me siento contento de haber cumplido este reto y de saber que tanto esfuerzo valió la pena”, comentó el chico sin saber que la constancia no garantiza que se titulará próximamente.
Tras enterarse que la constancia era solo un papel y no era el título profesional o por lo menos le aseguraba que en breve se iba a titular, decidió dejar de subir más fotos del papel en su Facebook y no poner más mensajes de felicitación a él mismo:
“Creo que sí me estoy adelantando a festejar porque aún falta que aprueben mi tesis para titularme, en todo caso que no la aprueben haré un diplomado. Admito que no debí presumir tan efusivamente la constancia pero bueno, la fotos ya las subí, quien quita que sí confunda a uno que otro conocido y les haga creer que ya estoy titulado“, comentó.
El chico señala que por ahora dejará las 40 fotos que ya subió de su constancia para que la gente se dé cuenta de que ya es casi un licenciado:
“Ya subí las fotos con mi toga y birrete, la de mi último examen y la de mi constancia. Ahora solo falta que suba las fotos de la pre fiesta de graduación, de la graduación, de mi tesis terminada, la foto del trámite de titulación, la del recibo que me den cuando pague los trámites de titulación, las de la ceremonia de titulación, las mías recogiendo mi título en rectoría, las de cuando este enmarcado mi título y finalmente una foto de mi título colgado en la sala de mi casa”, puntualizó.
Por: Omar Ariel Cortes