1.- El que aseguró que sería exitoso: es una persona que durante toda la carrera dedicó sus energías a burlarse y minimizar a los demás ya que aseguraba que al egresar “se convertiría en una persona extremadamente exitosa”, sin embargo finalmente terminó en una empresa donde no tiene un puesto relevante y no tiene posibilidades de crecer. Actualmente tiene una actitud humilde porque ya se percató -y aceptó- que por no enfocarse a echarle ganas acabó peor que las personas de las que tanto se reía.
2.- El fracasado poco humilde: es una persona que nunca ha tenido ningún logro en su vida pero se la pasa criticando lo que hacen los demás. Es común que se la pase todo el día echando la hueva mientras espera que el éxito y reconocimiento le caigan del cielo. Generalmente se niega a trabajar (lo mantienen sus papás) o renuncia a los dos días bajo el argumento de que es uno de los más grandes artistas de la época y merece estar haciendo algo mejor.
3.- Egresada ama de casa: es una egresada casada o que vive con su pareja, y que por alguna extraña razón adquirió -de la noche a la mañana- una apariencia de señora fodonga (tiene 25 o 30 años pero parece de 40 o 45, engordó 20 kilos, no se arregla, etc.). Tras convertirse en madre o juntarse se entregó por completo a su hogar y a su hombre, olvidándose (parece ser que para siempre) que alguna vez estudió una carrera universitaria.
4.- El exitoso económicamente: representa el 1% de los egresados; es una persona que cumplió su sueño de llegar a obtener un puesto importante y económicamente es bien renumerado (y todo indica que seguirá escalando posiciones). No era el más inteligente pero todos siempre notaron que tenía colmillo para triunfar en el ámbito laboral ya que es la típica persona sin escrúpulos dispuesta a hacer lo que sea (literalmente lo que sea) con tal de llegar a la cima.
5.- El que hace lo que le gusta: representa otro 1%; es alguien que hace lo que le gusta y su trabajo puede incluso llegar a ser reconocido a nivel nacional o internacional. Es una persona que posee un talento nato y le importa más ejecutar algo que disfruta que estar encerrado en una oficina 8 horas conviviendo con gente amargada. A diferencia del exitoso económicamente él puede no ganar tanto dinero (se conforma con hacer lo que le guste mientras le dé de comer).
6.- El “nada que ver con su carrera”: es un egresado que terminó poniendo un puesto de tacos, un ciber café, una cafetería o alguna otra cosa que no tiene nada que ver con su carrera. Generalmente sus primeras empresas fracasaron ya que quería darles un “enfoque más formal” hasta que terminó dándose cuenta que “lo populachero y simple” es lo que vende. Es común que siempre lance la frase “parece que lo que hago no tiene nada que ver con lo que estudié, pero varias cosas que aprendí en la universidad las apliqué a la hora de poner mi negocio”.
7.- Eterno becario: es una persona que descubrió que tramitando una beca de gobierno ganaría lo mismo que alguien que trabaja (con la diferencia de que a él le pagarían por estudiar), es por eso que tras 5 años de no verlo te enteras que sigue en la universidad y va por su tercera carrera, maestría o doctorado. Aunque en un futuro no tendrá experiencia laboral lo más seguro es que encontrará un buen empleo porque para las instituciones en México es más importante tener un título universitario (de lo que sea) que ser una persona inteligente o capaz.
8.- El Godínez: representa el 95% de los egresados. Son personas que buscaron su primer empleo en OCC.com o Compu Trabajo, y cuando finalmente adquirieron uno seguro (como oficinistas) todos a su alrededor comenzaron a presionarlos para que no renunciaran “porque ahí ya tendrían estabilidad”, y poco a poco fueron sucumbiendo al beneplácito de tener un AFORE, IMSS, INFONAVIT y otras prestaciones. Generalmente son infelices pero el carro y la casa que sacaron a crédito, así como su sueldo quincenal, mitigan un poco el dolor y frustración que siente por dentro al no estar haciendo algo que le gusta.
9.- La matada que pensó que triunfaría: en la escuela era una estudiante con poca capacidad de raciocinio pero con el don de repetir como perico todo lo que le decían o leía (además de ser experta en lamerme las patas a los profesores) y por ende sacaba 10 en todos los exámenes. Egresó con una calificación de más de 9 y pensó que por titularse por promedio inmediatamente triunfaría en la vida, pero finalmente terminó ejerciendo un trabajo simple y sencillo que bien lo puede realizar alguien que salió de la carrera con promedio 7 o que ni siquiera estudió. Por supuesto (al ver que sus planes no resultaron como quería) actualmente es lo doble de insoportable y amargada.
Por: Omar Ariel Cortes