Casi al final del sexenio, ya nadie creía “el cuento de hadas” que ambos fingían vivir

Casi al final del sexenio, ya nadie creía “el cuento de hadas” que ambos fingían vivir
«Puedo tener al hombre que quiera, incluso uno más joven como la modelo por la que me dejo ese tarado”, comentó Rivera riendo pero con lágrimas en los ojos, y mientras daba un sorbo de 20 segundos a su botella de tequila Cabrito
No sería la primera vez que la Primera Dama sucumbe a la tentación de entregarse a los placeres carnales con otro macho