México.- Gran sorpresa causaron un grupo de defensores de las distintas razas e ideologías de género, luego de que organizaran una conferencia de prensa para exigirle a las panaderías de todo el país que durante esta temporada navideña además de vender “pan más blanco que la azucena” como el que hacía la Virgen María (madre de Dios)”, tambien oferten de forma obligatoria una variedad de panes negros, prietos, pelirrojos y transexuales, esto para frenar la discriminación y darle visibilidad a todos los sectores de la repostería.
Sandra Macharro, la lideresa de la asociación, señaló que ya interpusieron una demanda en la CONAPRED contra las tradiciones navideñas “por ser las primeras en incentivar la falsa creencia de que lo blanquito es sinónimo de pureza y perfección”, señalando inconcebible que algo como la tradición católica refuerza el estereotipo de que hay que ser de un tono de piel claro para sobresalir:
“Afortunadamente vivimos en una era donde gracias a las redes hemos comenzado a esparcir nuestro menaje de inclusión, para frenar el racismo y discriminación en todos los géneros. La gente dice que los medios de comunicación han creado la falsa percepción de que solo lo blanco es sinónimo de pureza y calidad, sin embargo como escuchamos en el villancico de la Marimorena, desde tiempos bíblicos se refuerza considerablemente la creencia de que un pan blanco es mínimo de belleza.
¿porque no se mencionan panes prietos, negros, pelirrojos o transexuales?, ¿por qué se especifica que un pan más blanco que la azucena es sinónimo de calidad, tanto que invitan a la gente a ir a Belén para probarlo?, ¿esa es la creencia con la que se formó Jesús, que su mamá era superior por hacer panes blanquitos, como si los prietos o los negros no valieran nada?”, señaló.
Los activistas piden al gobierno que solo un 10% de los panes en las panaderías sean “blancos como la azucena”, y haya variedad de panes de todo tipo: “ya basta de utilizar la tradición navideña para reforzar el racismo, si no podemos prohibir la canció si podemos lograr darle visibilidad a los panes.
De hecho estamos muy orgullosos de la manteconcha ya que ella dio un paso adelante y decidido transformarse en lo que más quería, no sabemos si originalmente era concha o mantecada, pero ocurrió algo similar a los travestis que se quedan a la mitad entre ser hombres y mujeres.
La manteconcha decidí gritare al mundo lo que era y mostrarse como se identificaba, no faltaron los que dijeron que les daba asco y le exigieron que se definiera como un solo pan, pero otros aplaudieron su valentía y ahora disfrutan de este manjar que se atrevió a mostrarse como se percibía en su mente. Esperamos que más panes se animen a tener la forma y vida que quieren, ya sea como son originalmente o fusionándose para adquirir el aspecto y sabor combinado que desean, y con el que siempre se identificaron”, puntualizó Macharro.
Por: Omar Ariel Cortes
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