México.- Gran sorpresa se llevó una asociación de ayuda a migrantes, luego de que acudieron a un albergue a regalar ropa a los integrantes de la caravana de hondureños que atraviesa nuestro país, y se toparan con la sorpresa de que “aunque están necesitados, rechazaron las prendas que les iban a dar”, bajo el argumento de que “eran de baja calidad, y preferían que no les dieran nada”.
Según comenta Sandra Pérez, la directora de la asociación, en un principio pidieron donaciones de ropa para darse la a los migrantes, pero ante la baja respuesta decidieron buscar quien les donara dinero e ir a comprar prendas económicas:
“Por supuesto para ahorrar costos pensamos comprar ropa de paca en el tianguis, pero un día antes de ir por ella acompañé a mi hermana al supuesto mejor centro comercial de la ciudad. De repente vi una tienda que decía que había rebajas del 60% al 90%, y muchas niñas y gays entrando, me dio curiosidad y cual va siendo mi sorpresa que encuentré pantalones desde $80 pesos y blusas desde $40, no lo podía creer.
Rápidamente empecé a pelearme por agarrar la mayor cantidad de ropa, y por más tomaba los empleados (que por alguna razón se sentían los dueños del lugar) sacaban más prendas. Al final con muy poco precio compre una gran cantidad”, relató.
La mujer menciona que, sin embargo, jamás pensó que dicha ropa sería rechazada por los migrantes: “yo sé que no es obligación que le den de vestir a uno verda´, pero la ropa que nos trajeron nada más no… ¡fatal!, solo mira, una playerilla de Zara que se deshace cuando llueve o la lavamos, y que a las 4 horas ya trae hoyos y se despintan, si nos van a ayudar ayúdennos bien, no con estas chafeses”, comentó un hombre mientras le aventaba la playera a la mujer en la cara.
Según relata un testigo, además existía otro problema, y es que aunque los migrantes hubieran aceptado la ropa en realidad no les quedaba porque todos pesan más de 30 kilos: “que nos regalen ropa de Zara es como burlarse de que hemos adelgazado por no comer y tanto caminar. Está bien que muchos ya estemos en los huesos por nuestra condición, pero tampoco es para que nos comparen con Peter la Anguila y digan que vamos a entrar en esa ropa”, confesó una migrante.
Según varios reportes, al final algunos los migrantes si aceptaron algunas prendas para ponérselas a sus niños: “mira, esta blusa supuestamente es talla extra grande de adulto pero apenas le entra a mi niña de 10 años que esta flaquita, es una burla traernos estas garras”, comentó molesta una hondureña.
Por: Omar Ariel Cortes, idea de: Francisco Soto Martínez