México.- En días se recientes se viralizó el casó de Diana, una estudiante de la carrera de Enfermería de Culiacán, Sinaloa, que estafó a sus compañeros robándoles más de $120 mil pesos que usarían para pagar los gastos de su fiesta de graduación, provocando que los egresados se enteraran que se habían quedado sin pachanga solo minutos antes de dirigirse al salón, lo que (evidentemente) causó el enojo de todos los estafados que ya estaban más que arreglados y dispuestos a ponerse a festejar.
Tras desatarse el escándalo, se reveló que “el chistecito” de la joven ratera le saldrá caro ya que tendrá que pagar una cantidad 4 veces mayor a lo que hurtó, debido a que en un plazo de una semana tendrá que conseguir más de $500 mil pesos para indemnizar a sus 33 compañeros.
En el famoso vídeo donde todos le reclaman, se puede apreciar que la tal Diana nunca intenta justificar que se robó el dinero y hasta accede por voluntad propia a ir a la PGR y entregarse, aunque varios testigos afirman que el pretexto que dio fue “que de último momento le habían clonado su tarjeta robándole el dinero”, explicación que no creyeron ya que tenía que haber solventado el anticipo del salón y la banda con mínimo 15 días de anticipación, y en ese lapso jamás reportó alguna anomalía.
El caso se viralizó ya que la joven nunca avisó a sus compañeros que el salón no estaba pagado, fue solo minutos antes (en la misa de graduación) que les informó que no podrían festejar porque no había donde “ya que nunca pagó el lugar”.
Según comenta un afectado, la mujer tendrá que pagar $170 mil pesos del salón, $60 mil de la banda y $10 mil pesos de la decoración (solo le perdonaron el costo de la misa que fue de mil pesos), además tendrá que desembolsar $260 mil pesos extras para pagar el dinero que sus compañeras invirtieron en comprar su vestido, maquillaje y peinado, y lo que sus compañeros usaron para adquirir o rentar un traje, así como pagarle a los familiares que viajaron de otros estados lo que gastaron para ir a apoyar a los graduados.
Según informa el afectados, los padres de la ratera no podían dar crédito de lo que su hija había hecho, y ahora tendrán que vender su casa y autos para pagar el chistecito de su retoño.
Según comentan varios testigos, se cree que la mujer no gastó los más de $100 mil pesos en algo especifico, sino que durante meses y conforme le iba pidiendo los adelantos a sus compañeros, se iba comprando varias cosas.
Y aunque todo parece ser enojo y desolación para los graduados del salón 808 de la Facultad de Enfermería de Culiacán que se quedaron sin fiesta, se reveló que sus compañeros de al lado, los del salón 809 que aún no hacen su graduación pero la celebrarán en estos días, los invitaron a integrarse a su pachanga sin cobrarles un solo peso, mostrándose solidarios al enterarse del caso para que no se queden sin festejar que egresaron con éxito de su carrera.
Por: Omar Ariel Cortes
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