México.- Gran angustia experimenta el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, luego de que fuera trasladado de urgencia al hospital para realizársele un lavado gástrico por tomarse un vaso entero de ceniza, lo que provocó que sufriera una intoxicación y un fuerte dolor de estómago.
Según comenta el asistente del mandatario, EPN acudió con su esposa La Gaviota a una exclusiva iglesia de la CDMX por el “miércoles de ceniza”, sin embargo pensó que la palabra “tomar ceniza” era literal, y a escondidas agarró un vaso que contenía el polvo negro para bebérselo.
“Enrique nunca ha entendido porque si la tradición dicta que hay que tomar ceniza el día miércoles que arranca la cuaresma, a él siempre se la colocan en la frente y no se la dan a beber, así que este año decidió que se saldría con la suya y esta vez se tomaría la ceniza a como diera lugar para demostrarle a Diosito lo buen católico que es.
Después de que le pusieron la ceniza en la frente, EPN aprovechó que más gente estaba formada para recibir la suya y agarró a escondidas uno de los vasos que contenían el polvo negro, posteriormente se fue a esconder atrás de un confesionario y ahí se bebió completamente el vaso”, relató.
El trabajador menciona que Nieto lo obligó a ser su cómplice, ordenándole que le trajera un poco de agua bendita para que se le pasara más rápido la ceniza: “yo ya estoy cansado de sus travesuras porque la Gaviota siempre me regaña a mí por no cuidarlo bien, pero Enrique me dijo que si no lo ayudaba me despediría, y me obligó a agarrar un poco de agua bendita para que la ceniza se la pasara más fácil.
Aunque le supo muy fea y amarga, se quedó muy contento de que por fin había tomado ceniza y ahora si se ganaría el cielo”, relató.
El asistente señala que al regresar a Los Pinos, Peña comenzó a sentirse mal: “la señora Angélica me regañó y me ordenó que le dijera que había pasado. Al contarle lo que había hecho su esposo, inmediatamente llamó al hospital porque Kike no dejaba de quejarse del dolor en la panza.
Rivera además logró que el cardenal Norberto Rivera fuera a hablar personalmente con Peña al hospital para explicarle que el término “tomar ceniza” no se refiere a que hay que beberla, sino que solo ponérsela en la frente, por lo que Peña se quedó tranquilo de saber que ha estado haciendo las cosas bien, y ya tiene su lugar asegurado en el cielo por respetar al pie de la letra las tradiciones católicas.
Por: Omar Ariel Cortes