México.- Muy emocionado regresó a México el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, luego de contarle a su gabinete que finalmente había realizado el sueño de todo niño: conocer a Santa Claus.
Días antes de abordar el avión que lo llevaría a Cuba, servidumbre de “Los Pinos” afirmaron haber visto muy contento a Enrique escribiendo una carta y uniéndola al listón de un globo con helio, y también horas antes de su viaje pudieron observar al mandatario cerrando los ojos mientras soltaba el globo con el sobre, que según testigos, en realidad era una carta de regalos para el niño dios y a Santa Claus.
“Te portas bien cuando te presentes con el señor, no quiero que te espantes y que le hagas una travesura,” fueron las palabras que Angélica le mencionó a su esposo, ante el nerviosismo de que Enrique hiciera alguna diablura cuando estuviera con Fidel.
La primera dama también ordenó al presidente “no hablar” cuando los adultos discutieran temas de política con el ex presidente cubano: “ya tendrás tu tiempo para sentarte en sus piernas y pedirle tu regalo de este año, aunque falten 11 meses”, señaló también Rivera.
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Miembros del gabinete de Peña que estuvieron presentes a la hora que este conoció a “Santa” (Fidel), aseguran que se le llenaron los ojos de lágrimas y que se refugió en las piernas de la Gaviota en señal de pena: “anda, no seas tímido”, le comentó su esposa, quien también soltó varias lágrimas de ver tan emocionado a su conyugue.
Peña Nieto estuvo casi una hora preguntándole a Castro cosas como: ¿Dónde haces tus juegues?, ¿Existe la señora Claus?, ¿Por qué Rodolfo tiene la nariz roja? O ¿Cómo le haces para repartir todos los juegues en una noche?, a lo que Fidel nunca respondió, ya que ni siquiera podía escuchar lo que Peña le decía y además el 90% del tiempo estuvo dormido con los ojos abiertos.
Al finalizar la reunión, Peña Nieto pataleó y lloró que no quería irse, y tras media hora de berrinches finalmente fue convencido de abandonar el lugar pero no sin antes tomarse infinidad de fotos con el mandatario cubano: “Ahora sí, le demostraré a todos los que se reían de mí quién tenía razón ¡Santa sí existe!, concluyó Peña.
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Por: Omar Ariel Cortes