México.- Gianluca Vacchi es el famoso multimillonario que puso de moda el término Sugar Daddy, que no es más que normalizar la practica ancestral e prostituirse pero no en una esquina, sino con un hombre de planta que le compre y de dinero a una mujer cambio de tener una relación sentimental o sexual, sorprendió a todos al aceptar abiertamente que la conductora mexicana Galilea Montijo “le atrae demasiado”, y además de considerarla sumamente bella piensa que es una persona “pura de alma y muy exitosa profesionalmente” (seguramente nunca ha visto el programa “Hoy”).
El Daddy que tiene millones de seguidores en Instagram pero él solo sigue a menos de 160 personas, llamó la atención luego de que los medios se percatarán que una de esas mujeres a quien le dio “follow” es la conductora mexicana, a quien siempre “skaltea” ya que le da like a todas sus fotos.
La situación llamó la atención de la prensa internacional, ya que mientras Gianluca puede tener a las mujeres más bellas del mundo, él decidió enfocar sus energías en admirar las fotos y vídeo de Galilea.
Ante la incógnita de que es lo que Montijo le inspira para dedicarle tanto tiempo, un noticiero de Univisión finalmente decidió cuestionarlo, a lo que Vacchi respondió:
“Es normal que me sienta atraído por mujeres hermosas, aunque no creo que pueda iniciar una relación con ella porque creo que ya tiene una vida hecha (refiriéndose a que se ha dado cuenta que esta casada y tiene un hijo). Veo que es una persona que sonríe mucho, considero que es muy pura”, comentó Giancula sin conocer el pasado de Galilea Montijo cuando trabajaba en un table de Guadalajara.
El millonario además señaló que “solo se interesa en seguir personas que sean exitosas profesionalmente”, y eso fue lo que le llamó la atención de la presentadora azteca.
Por ahora solo esperar si seguirá tratando de impresionarla dándole cientos de “me gusta” a las fotos que suba sin importarle que sea casada, o aceptará salir con alguna de las modelos internacionales que lo desean, y se resignará a ver a Galilea como el amor platónico que nunca podrá tener.
Por: Omar Ariel Cortes
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