México.- Luego de que el Cardenal de México, Norberto Rivera, anunciara sorpresivamente su retiro, miles de sacerdotes enviaron su solicitud emocionados a El Vaticano para ser escogidos como los máximos representantes de la iglesia católica en nuestro país.
Tras analizar a los candidatos y su carrera, fueron 10 los finalistas escogidos para suceder a Rivera y convertirse en “el máximo dirigente de los católicos en México”, siendo el candidato más fuerte un sacerdote de San Luis Potosí de nombre Ernesto Berra, quien cumplía con todos los requisitos excepto el final y más importante: tener cara de reptiliano/pedófilo/depravado/asesino:
“El padre Ernesto reunía todos los requisitos ya que ha dedicado muchos años a la palabra de Dios, sin embargo no reunía con la principal exigencia que es tener cara de pedófilo y depravado.
Además por más que le investigaron no tenía ningun escándalo ni denuncia, y aunque muchos no lo crean, es mejor elegir a alguien que ya haya sido juzgado o señalado alguna vez, ya que esto provoca que se hayan acostumbrado al escándalo y sepan trabajar bajo presión, manejando las situaciones.
Si a un padre se le señala o denuncia, y (aunque haya sido culpable) es declarado inocente, esto cuenta mucho más porque si vuelve a cometer un error la iglesia se pueden agarrar que ya una vez lo querían enjuiciar pero salió limpio.
Es mejor eso a agarrar a alguien que no h tenido ningun escándalo y no sepa cómo actuar cuando le toque una demanda. Además si un sacerdote esta o estuvo en el ojo del huracán se queda en el inconsciente de la gente, y escoger a alguien que jamás ha sido denunciado es un arma de doble filo porque no se sabe cómo va actuar cuando tarde o temprano señalado por algo, y peor, no saben cómo reaccionara la gente”, comentó un periodista.
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El reportero señala que finalmente escogieron varios candidatos con caras de reptilianos acosadores: “es paradójico que la iglesia que pregona una imagen de fe y bondad, pida como requisito tener cara del mismísimo demonio y mirada penetrante, para ser considerado dentro de un buen puesto.
Este requisito siempre estuvo, pero se volvió una de las exigencias principales tras la muerte de Juan Pablo ll, el Papa que generaba una imagen de inmensa bondad, y que tambien tuvo una excepción con el Papa Francisco que tiene una imagen de sacerdote buena onda.
Pero de Benedicto para acá es requisito que casi todos los altos clérigos tengan la maldad reflejada en la cara, esto provoca que la gente se intimide y respete la región a como de lugar, y así los católicos sigan manteniendo su trono como acostumbran: infundiendo el miedo a como de lugar, asegurando que solo así se podrá llegar a la salvación”, puntualizó.
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Por: Omar Ariel Cortes