México.- Horas de terror y angustia experimenta el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, luego de que la tentación fuera más fuertes que él y sucumbiera a las ganas de probar el pan de muerto, alimento que se rehusaba a consumir precisamente porque -según sus palabras- “está hecho con personas difuntas, y no iba a practicar el canibalismo”.
EPN comenta que respeta las tradiciones, pero le parecía abominable la idea de que para estas fechas los mexicanos vean de forma normal y común consumir pan hecho de muerto:
“Desde que era niño veía a mi abuelita, papás y primos comer el pan de muerto como si nada. Sabía que entre los mexicanos hay una complicidad de no comentar nada sobre esta abominable tradición, entiendo que practicar el canibalismo resultaría algo espeluznante para todos, pero por alguna razón a finales de octubre esto se vuelve algo normal y de hecho es algo que nos define como nación.
Cuando veía a la gente comiendo dicho pan sentía asco y ansias, pero a la vez ganas de probarlo. Decena de veces estuve a punto de sucumbir pero saber que lo que iba a morder era carne humana me detenía e incluso terminaba vomitando. Sin embargo esta vez no pude más y la tentación me ganó, si todos los mexicanos se comen a un difunto ¿por qué yo no?”, relató consternado.
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Enrique menciona que estaba en la cena de Halloween organizada por la presidencia, y se animó a probar el pan luego de ver que su mujer La Gaviota lo comió sin remordimiento: “estábamos sentados conviviendo y mi mujer agarró un pan y lo mordió, en ese momento me entró mucha curiosidad. Ella dejo la mitad del pan y lo tomé, no podía creer que aun comiendo algo preparado con piel de difunto actuara como si nada y todos siguieran riendo.
Tom el pan, vi esa masa color carne por la piel, y le di una mordida. Para mi sorpresa era un sabor totalmente diferente al que imaginé, pensé que sabría a carne ahumada o un sabor putrefacto y fuerte, pero no, sabia dulcecito y con una textura agradable. Tomé un sorbo de chocolate y luego seguí comiendo el pan, la mezcla de la cocoa con la carne era más deliciosa, realmente era algo completamente distinto a lo que pensaba”, relató.
Nieto señala que se quedó pensando toda la noche en lo que había hecho y no pudo dormir: “me imaginé si el pan de muerto que probé había sido hecho con carne de niño, un anciano o una señora. Sentí asco pero recordaba que no sabía mal y que en nuestra tradición es algo totalmente tolerable.
Pero no podía dejar de sentirme culpable, ¿y si el muerto falleció de una enfermedad y me la transmite?, ¿en qué circunstancias murió?, ¿habrá gente que se dedique a la captura de personas para hacerlas pan de muerto?, todo eso no deja de dar vueltas en mi cabeza.
Fue algo traumante pero como todos los mexicanos supongo que lo superaré y me acostumbraré, ya que debo burlarme de la muerte porque al final es algo inevitable y solo queda reírnos de ella”, comentó confundido.
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Por: Omar Ariel Cortes