México.- Luis Mendiola, un joven padre cuyo primer bebé nació hace apenas 2 semanas, reveló con orgullo a sus amigos que hará hasta lo imposible por obligaralentar a su hijo a que realice todos los sueños que él no pudo concretar por culpa de sus limitaciones económicas y por haber sido padre tan joven.
Mendiola comenta que inscribirá a su retoño desde muy chico a natación para que gane una medalla olímpica de grande, lo meterá a clases de actuación para que se convierta en el nuevo Javier Bardem, lo alimentará solo con comida saludable para que se vuelva modelo o un reconocido fisicoculturista, y además hará hasta lo imposible por tenerlo en las mejores escuelas para que como plus también se convierta en el próximo ganador del Nobel.
“Mi hijo no me va a decepcionar, van a ver que va a ganar el Nobel y todos los premios importantes del mundo y nos va a sacar de pobres a mí y a su mamá, ¡ya quiero que crezca para celebrar todos sus triunfos!”, menciona.
El nuevo papá confiesa que incentivará a su niño desde chico a ser el mejor en todo y le inculcará una actitud de triunfador.
“Lo voy a llevar a hacer deporte desde muy chico, va a ser un chavo muy guapo, triunfador y va a traer a todas las chavas muertas. Mi mayor sueño es que se convierta en futbolista profesional de la NFL, algo que yo nunca logré porque la vida me lo impidió”, mencionó entristecido.
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Al cuestionarle a Luis porque nunca se esforzó por realizar sus propios sueños en vez de atenerse a que su hijo los logré por él, respondió enojado:
“Yo no tenía los medios para convertirme en un jugador profesional de la NFL; entraba a la escuela muy temprano y salía a las 2 de la tarde, luego tenía que dormir mi siesta y salir a jugar maquinitas con mis amigos, y después tenía que regresar a ver Dragon BallZ y al final tenía que bañarme y dormir ¡no me daba tiempo de entrenar por más que quería! La vida me puso el pie e impidió que concretará mi sueño, pero estoy seguro que mi hijo si lo logrará”, mencionó entusiasmado el padre, que no dejaba de admirar a su hijo mientras repetía en su cabeza la frase “más te vale que no me decepciones”.
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Por: Omar Ariel Cortes