Ciclo de vida de un chairo en septiembre: desde que dice que no festejará y hasta que termina bien pedo

México.- Septiembre es el mes en que los mexicanos que reniegan de sus raíces y aseguran ser más gachupines que aztecas, celebran a los héroes que nos dieron patria.

Aunque para muchos es temporada de festejo, hay otros (los chairos) que lo ven como el mes en que más debemos recordar las cosas malas que hace el gobierno y no darles gusto de celebrar la miseria en que nos tienen.

A continuación les dejamos el triste ciclo de vida que año con año experimentan estas personas durante las fiestas patrias:

1.- Se despierta crudo el 16 de septiembre (del año anterior) tras haber celebrado las fiestas patrias, aunque meses antes escribió en su Facebook “que él era un ser pensante y no le daría el gusto al gobierno de celebrar”.

2.- De igual modo aunque aseguró que “no tenía nada que festejar”, aprovecha los días de puente que da el gobierno para huevonear toda la semana.

3.- Los meses siguientes (de octubre a agosto) se la pasa pidiendo a la gente por Facebook que por favor dejen de usar Facebook y hagan algo contra el gobierno. En ese lapso acude a 2 marchas (solo 30 minutos a cada una), y se toma cientos de selfies para presumirlas en la red social a la que pide que ya no entren.

4.- Finalmente comienza a aproximarse septiembre y para verse más culto y pensante hace un recuento de todas las cosas por las que NO debemos celebrar, y las redacta en modo sarcástico. Ejemplo: comparte un meme de EPN dando el grito con la leyenda: “gasolinazos, muertos, despilfarros, ¿esto es lo que quieres festejar?”, entre otras letales frases.

5.- Le comienzan a llegar las invitaciones de pedas y poco a poco comienza a sucumbir a la tentación de ir a una.

6.- Aunque asegura ser tan inteligente de no caer en la trampa de las empresas capitalistas, es el primero en comprar el pomo de tequila, mezcal u otras bebidas típicas que los supermercados ponen en oferta por el día del grito.

7.- Llega a la peda con su kit de bebidas y botanas mexicanas, y comienza a platicar de temas trillados que afectan a México (aprovechando que es el festejo de la nación), como que el país tiene todo para ser una potencia mundial pero los gobernantes corruptos no permiten que avance.

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8.- Comienza a ponerse pedo y cambia el tema a cosas más triviales (pero alusivas a las fiestas patrias), como que el cura Hidalgo era mujeriego, Doña Josefa y Allende eran amantes, Los Niños Héroes nunca existieron, y otras teorías que escuchó en alguna parte y que no le consta que sean verdad, pero que cuenta como si él las hubiera descubierto para que todos digan que es bien culto.

9.- (Este punto es opcional): si todavía es temprano sus amigos (ya en la loquera) proponen la idea de irse a una ciudad aledaña (máximo 2 horas de distancia) para festejar el grito en otra región y hacer más emocionante la celebración, y para no tener que ir a la plaza de su entidad a apoyar al presidente municipal que tanto odian.

Finalmente acuden a otra ciudad (o a la plaza de su ciudad) a dar el grito, y se convierte en uno de los borregos que tanto criticaba.

10.- El esfuerzo mental que hizo durante meses para no sucumbir al festejo ha sido destruido en solo unos minutos, y ya sea en una plaza o en una casa (viendo el grito por Televisa o TV Azteca) el hombre agarra su sombrero, su bigote falso y se prepara para gritar ¡Viva México!.

11.- El hombre asegura que ser mexicano es lo más chingón que hay en el mundo (aunque los 11 meses restantes se sienta más europeo y se enoje si le dicen que parece azteca).

12.- Se embriaga toda la madrugada con música de José Alfredo Jiménez, Chente Fernández, Juan Ga y otros mexicanos “que si son chingones y si merecen ser festejados”.

13.- Despierta crudo al día siguiente y al ver en las noticias que en todas las ciudades la ceremonia del grito fue un éxito, comienza a quejarse, lamentarse y criticar que los mexicanos sean tan “agachones” y no hagan nada por cambiar al país.

14.- Se repite el ciclo el año siguiente.

 

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Por: Omar Ariel Cortes

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