México.- Don Jacinto Felipe Pérez, un abuelito de 95 años del estado de Veracruz, sorprendió a sus hijos, nietos y bisnietos al organizar una comida para festejar que por fin había terminado de pagar la cuna que sus papás sacaron en Elektra cuando él nació.
El señor relata que hace 96 años sus padres (que eran de origen muy humilde) decidieron sacar con esfuerzo una cuna en Elektra, sin imaginar que los intereses provocarían que tuviera que pasar casi un siglo para que la deuda fuera liquidada:
“Agradezco todo el amor que me dieron mis papás y el esfuerzo que hicieron para que yo tuviera un lugar donde dormir cuando era bebé. Ellos eran muy pobres pero querían que yo fuera el primero de la familia en dormir en una cuna de verdad, realmente fue un esfuerzo muy grande el que hicieron en endeudarse toda su vida para que yo durmiera un lugar cómodo”, comentó llorando el señor
Jacinto relata que él le quitó a sus padres la carga de la deuda y comenzó a pagar la cuna cuando cumplió 22 años:
“No creas, yo tampoco fui rico, pero conseguí un trabajo decente y le quité la carga a mis padres y me eché la deuda porque no era justo que siguieran sufriendo por la cuna. En su momento la cuna costaba $5 mil pesos de ahorita, pero como la sacaron a crédito firmaron un contrato en el que se comprometieron a pagar $200 pesos mensuales por 95 años, por lo que al final la cuna iba a terminar costando $228 mil pesos. Era eso o no comprarme nada y acostarme en un catre, pero al final decidieron hacer el sacrificio y sacarla”, relató mientras admiraba con cariño una foto de sus padres.
El señor menciona que cuando terminó de pagar la cuna no lo podía creer, e incluso el dueño de Elektra, John Johnston, le dio un certificado personalmente de que había concluido la deuda:
“Hace una semana fui a Elektra, la verdad ya ni llevaba bien la cuenta de cuando debía. Cuando di el pagó del techo salieron globos y los empleados empezaron a aventar confeti, de repente salió el señor Johnston y me dijo que yo era una de las únicas 5 personas en el mundo que había logrado concluir su deuda. Me felicitó y me deseo buena suerte en mi nueva vida”, dijo.
Felipe reveló estar muy contento ya que por fin podrá gastarse el dinero que abonaba en otras cosas, pero relata que extrañará a los cobradores y sus vueltas a Elektra ya que -para bien o para mal- llegaron a ser parte de su vida:
“Sí siento bonito de que ya puedo gastarme ese dinero en un antojo o dárselo de domingo a mis bisnietos. Pero quiera o no si voy a extrañar la visita de los cobradores y las vueltas a Elektra ya que me servían de distracción. Todo el día estoy aquí encerrado en la casa y por lo menos cuando me iba a dar mis vueltas a la tienda o recibía la visita de los cobradores me entretenía en algo”, puntualizó.
Por: Omar Ariel Cortes