México.- En el año 2014 todo México se estremeció con el caso de #LadyChiles, la mujer que se hiciera famosa por subir a las redes sociales un vídeo en donde humillaba a su empleada doméstica por supuestamente robarse un chile en nogada (que ya le había regalado, pero con la condición de que se lo comiera dentro de la casa y no se lo llevara porque entonces eso ya era hurto).
El caso de #LadyChiles se hizo tan viral que gracias a ella inició “el boom” de las Ladys, sin embargo, la señora Chiles sí le daba un significado real a dicho vocablo que define a mujer problemática, no como en la actualidad que surge una Lady cada 30 segundos y la gente acostumbra a bautizar a cualquier mujer con este apodo aún sin merecérselo.
Han pasado ya 3 años del escándalo y aún quedan muchas dudas: ¿qué ocurrió con aquella mujer que es considerada la peor villana del 2014?, ¿qué paso con Doña Amparo (la empleada humillada)?, y lo más enigmático, ¿quién terminó por comerse el chile que desató la controversia en todo México?.
Hoy, 3 años después, #LadyChiles decidió romper el silencio y hablar en exclusiva con El Ruinaversal para aclarar los cabos sueltos que quedaron cuando su caso estuvo de moda:
1.- Amparo sorprendió al revelar que tras el escándalo decido mudarse de Cancún a Puebla (cuna de los chiles en nogada) para iniciar una nueva vida cerca de lo que más disfruta: “la gente nunca comprendió que la señora estaba hurtando un chile que en un restaurant vale hasta 0 pesos. Decidí alejarme y buscar un lugar donde si me robaban uno, dos o tres chiles, yo pudiera tener varios de reserva. Finalmente encontré paz en este lugar, un sembradío de chiles, en donde si bien soy solo una simple empleada, me siento a gusto y tranquila”, dijo.
2.- La patrona decidió compartirnos una foto de como vivía antes del escándalo: “mi gusto por los chiles me llevó a ganar por 3 años consecutivos la corona de la reina de la feria del chile en poblano. Esta foto es de mi último reinado, que fue días antes de que se desatara el escándalo. La gente todavía se pregunta por qué hice tanto alboroto: eso es porque para mí los chiles son mi todo, mi razón de vivir y para lo que nací. Cuando mi empleada Amparo se llevaba mi chile sentí como si se estuviera llevando una parte de mi alma, por cierto, lo último que supe de ella es que se regresó a su pueblo y la gente la ayudó a poner una fonda en donde el platillo principal son los chiles en nogada (como homenaje al maltrato que supuestamente le hicimos mi esposo y yo).
3.- Chiles comenta que fue con un psicólogo y este le recomendó abrir un restaurant de chiles en nogada para superar su trauma: “abrí el negocio y me iba bien, pero no podía resistir ver que los chiles que había preparado con tanto esmero se iban a la boca de alguien más. El restaurant duró solo 4 días abierto, perdí mucho dinero, pero gané paz porque ya no sufría la ver cómo me quitaban mis chiles. Por cierto, muchos me preguntan quién se comió el chile que se iba a robar mi sirvienta, la verdad es que al final lo tiramos al a basura porque ese día mi marido y yo ya estábamos muy llenos, y como nadie se lo iba a comer mejor decidimos desecharlo porque ya empezaba a oler muy feo”.
4.- La señora menciona que lo que sí logró fue poner un puesto de chiles: “lo del restaurant fue un fracaso y mejor decidí poner un puestito en el mercado de chiles. No es lo mismo que te arrebaten un chile en nogada que un chile crudo. Esta terapia me ha ayudado mucho, incluso ahora dejo que mi nueva sirvienta se lleve un par de chiles de vez en cuando”.
5.- “Actualmente no puedo ser más feliz: radico en la capital del chile, todos los días preparó una decena de chiles en nogada para mi solita y los guardo bajo llave para que nadie me los vuelva a robar, incluso aprendí que sí es posible comer más de 2 chiles en nogada seguidos gracias al señor Agustín Carstens, a quien la otra vez me encontré en un restaurant y me demostró que un humano puede comerse hasta 30 chiles seguidos. Tras esa experiencia ahora yo ya me como por lo menos 3 o 4 chilitos de un solo jalón”, puntualizó sonriendo.
Por: Omar Ariel Cortes
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