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Fumador entra en depresión al darse cuenta que inhalar un humo apestoso no lo hace sexy ni más interesante

México.- Una fuerte tristeza y desolación experimenta Roberto Aguirre, un fumador compulsivo mexicano, al darse cuenta que tener en la boca una cosa apestosa que destila humo hediondo, no lo hace más sexy ni interesante, ni le da más categoría como él creía.

Roberto menciona que hace meses conoció “a la mujer de sus sueños” vía Facebook, y (afortunadamente para él) vivía en una ciudad aledaña a 2 horas de distancia:

“A pesar de que estamos tan cerca duramos 6 meses chateando para conocernos. Sinceramente yo no estaba tan interesada como él en vernos pero me insistía mucho y finalmente accedí a tener una cita.

No quería conocerlo porque no es mi estilo, es el típico que hombre sin personalidad que tiene una foto de perfil prendiendo un cigarro como si fuera el chico malo de una película, además de que tiene otras fotos sosteniendo un cigarrote con la pura boca como si eso lo hiciera más sexy e interesante, cuando lo único que podía imaginar era lo mal que apestaba.

Le pedí que si nos veíamos no fumara porque no soporto ese olor y me dijo que no había problema, sin embargo cuando se acercó y me saludó su boca destiló un olor entre cigarro, garnachas de Doña Pelos y saliva podrida. Le comenté que le había pedido que no fumara pero solo se rio diciendo que se había echado un cigarrito en la mañana y eso le apestó toda la ropa”, dijo la fémina.

La mujer señala que fueron a un restaurant y ya en confianza el hombre a mitad de la comida sacó un cigarro: “de la nada sacó un cigarro y lo prendió, y todavía tuvo el descaro de preguntarme si le molestaba que fumara mientras comía. De repente mientras inhalaba el humo y a expulsarlo comenzó a decirme que era muy hermosa y quería algo serio conmigo.

Es decir, quería conquistarme pero mientras lo hacía destilaba de su boca un humo apestoso. Tampoco soy su mamá para prohibirle o decirle que hacer, así que mejor tomé mis cosas y me fui”, dijo.

La mujer comenta que al decidir irse el hombre la persiguió pero eso sí, nunca soltó su cigarro de la boca: “lo más patético es que sin fumar se comportaba de una manera retraída y cohibida, pero en cuanto prendía el cigarro se sentía automáticamente galán de Hollywood. Era patético ver como necesita su cigarro para sentirse atractivo y con personalidad, y en realidad lo único que provoca es que la gente mire lo amarillo que ya están sus dientes por esa cosa”, dijo.

Por su parte, Aguirre confesó que no sabe que estuvo mal en la cita: “la traté bien, la llevé a un buen lugar y la verdad con mi cigarrito parecía de esos actores del cine de antes, me veía bien varonil y sensual, no sé qué fallo si a esos weyes les funcionaba. Se me hace que se intimidó al ver a un partidazo como yo y le dio miedo enamorarse”, puntualizó entristecido.

 

Por: Omar Ariel Cortes

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