Impactante mini cuento: «AMLO se despierta sin piernas luego de soñar que ganaba la presidencia»

Si no tienes nada que hacer o tienes un tiempecito libre puedes leer este impactante mini cuento de dos capítulos

Capitulo l: El apocalipsis

Es el año 2018. Desde que EPN vendió PEMEX a los chinos ya nada es igual: sequias, hambre, guerra, violencia… es lo que viven los mexicanos día a día. El futuro y la tecnología nos han alcanzado muy rápido: coches voladores, robots casi humanos capaces de realizar el trabajo que antes hacían las personas. México se ha convertido en una ciudad futurista en donde la burguesía y los gobernantes viven de la manera más ostentosa y en donde los más pobres trabajan todo el día por un racimo de pan y un vaso de agua. Las clases medias han desaparecido. Ya nadie tiene acceso a la educación, al internet. Los revolucionarios online han sido eliminados del camino uno por uno. No queda rastro de ellos.

Es el 2018 y ha llegado la hora de cambiar el destino, de redimir los errores. Ha llegado la hora de elegir al nuevo gobernante. El PRI se siente seguro, ya ni siquiera ha repartido tarjetas Soriana para comprar los votos porque sabe que permanecerá en el poder no por 70 años más, sino por toda la eternidad. Ha llegado el momento de votar. Votar: un ritual efectuado más por compromiso que por democracia. Todos saben que Carlos Salinas y EPN seguirán gobernando al país por medio de una nueva figura presidencial.

Por el lado del PRI esta Manuel Velasco y su esposa Anahí. Velasco ya no tiene reparo en cachetear a sus empleados y a su esposa frente al pueblo. Este es el nuevo PRI. Un PRI que ya no se anda con mustiedades y muestra su verdadera cara sin tapujos, sin temor a perder popularidad ante el pueblo porque ellos son en realidad el pueblo mismo.

Por parte del PAN la actriz Rebeca Jones; el partido ha optado por elegir a una estrella para representarlos, con la falsa esperanza de que esa estrategia de marketing les devolverá la presidencia. El partido Social Demócrata ha decidido mandar a Cuauhtémoc Blanco, el futbolista que tras obtener la alcaldía de Cuernavaca reveló su verdadero rostro: el de un ser humano avaro, cruel, sanguinario, déspota. Un representante con los matices que “un buen gobernante” debe tener.

Por el lado del Partido Nueva Alianza la propia Elba Esther Gordillo. Una Elba marcada por su estancia en la cárcel. Casi no habla, tiene en la mirada un infinito odio, como si hubiera convivido con el mismísimo Satanás en prisión. Juró venganza contra quienes la encarcelaron y ganar la presidencia es la única manera de poder saldar cuentas.

A lo lejos, casi invisible, se percibe a Andrés Manuel López Obrador representando a MORENA. Aquellos que 20 años antes se burlaban de él hoy lo ven como un Dios, como la esperanza reencarnada, como la única salida no para vivir dignamente, sino para volver a vivir. AMLO, el único candidato que ha soportado humillaciones y burlas por amor a México. La única persona capaz de olvidar, de poner la otra mejilla y aun así luchar por México. Un México que ama con todas las entrañas. Un México que quiere como una madre ama a su hijo.

AMLO se presenta tímido; está acabado, desgastado, no físicamente sino emocionalmente. En su mirada se puede ver una tristeza infinita, ni siquiera es una tristeza por saber que tal vez nuevamente no volverá a ganar, sino por ver al pueblo hundido en la miseria, mendigando un racimo de pan, de ver a los niños con ropa sucia y rota, de ver a las madres llorando porque sus hijos no tienen para comer.

A lo lejos, un joven de unos 20 años, con la mirada llena de odio y de tristeza a la vez comienza a correr hacia los presidenciables. Se dirige específicamente a Velasco con una pistola en la mano: está dispuesto a matarlo. Se abre paso entre la multitud, corre, sabe que esa será su única oportunidad. Está a punto de lograr su objetivo cuando un robot centinela de 2 metros de altura llega del cielo y le lanza una especie de bala que al contacto con la piel se convierte en una poderosa red. Una red eléctrica que lo somete en el suelo. El joven grita de dolor, la red le está proporcionando una muerte lenta y dolorosa frente a los ojos del pueblo. El chico fallece, el robot toma su cuerpo y se va volando con él. El chico es tirado en una fosa clandestina. Este es el nuevo México, el México que EPN creó en su mandato.

Ningún presidenciable dice nada, ni siquiera AMLO. Están a punto de anunciar al nuevo ganador. Cuauhtémoc y Elba quedan descartados inmediatamente. Blanco no dice nada, sabía que iba a perder. Elba en cambio lanza un gritó de ira, de coraje y se desmaya de impotencia. Rebeca jones tampoco gana. No muestra ningún gesto porque el exceso de botox en su cara ha impedido que su rostro pueda articular alguna expresión.

Solo quedan dos contrincantes. El coordinador del INE indica que uno de ellos ha ganado con un 99% de los votos, un record histórico. Es el único año en que el pueblo (cansado, harto, herido) ha decidido salir a votar. No importa el futbol, no importan las novelas. Jóvenes que acaban de cumplir la mayoría de edad, veinteañeros, Godínez, señores, abuelitas. Todos, todos están hartos y saben que el voto es la única manera de doblegar a la dictadura.

Los niños lloran, ven a Obrador con lágrimas en los ojos esperanzados, las abuelitas también lloran por deseos de que sus descendientes vivan en un mundo mejor. El pueblo, sin zapatos y con ropa llena de tierra mira a Andrés con ilusión. Él es su única salida.

Se revela que AMLO es el presidente electo del 2018. La gente no dice nada, todos quedan en shock, no se escucha ni un solo ruido. Velasco está a punto de soltarle una cachetada a Anahí pero se contiene y comienza a llorar. De repente todos, uno por uno, lloran y gritan a la vez. Lloran de felicidad, gritan de alegría. La miseria ha terminado para siempre.

Inmediatamente llegan 500 camiones repletos de dinero y un par de personas comienzan a aventarle billetes al pueblo tal y como Obrador ordenó que se hiciera si ganaba la presidencia. También llegan toneladas de comida y pipas con agua. La gente se lanza a destruir a los robots centinelas de 2 metros que cuidaban a los gobernantes. Ya no habrá más injusticias. Los chinos lloran porque saben que PEMEX volverá a ser de los mexicanos. Todo es alegría. Los niños se atascan de la comida que AMLO les mando traer y sus padres se llevan a casa miles de pesos en billetes que Obrador les obsequio.

Andrés no dice una sola palabra, comienza ver borroso, cada vez escucha menos Todo en su cabeza comienza a dar vueltas, voltea a ver a su mujer (que llora de emoción) y se desmaya.

Capitulo ll: Todo fue un sueño Oliver

AMLO se despierta extremadamente cansado, no recuerda haberse dormido. La angustia se hace más grande porque tampoco reconoce el cuarto donde está. Un cuarto blanco y frío. Se siente excesivamente cansado, apenas si puede abrir los ojos.

A lo lejos, como si se encontrara a varios kilómetros de distancia, escucha un chillido, es de mujer. Voltea y ve a su esposa llorando. AMLO ya puede por lo menos hablar y realiza la pregunta que todos los accidentados cuestionan cuando son trasladados al hospital: ¿En dónde estoy?

La mujer se seca las lágrimas y adquiere una postura de coraje. AMLO no puede verla derrotada. Ella no puede decirle lo que está a punto de confesarle con lágrimas en los ojos, tiene que ser fuerte.

-“Hace 1 mes que anunciaron a los ganadores….”

Obrador la interrumpe. El hecho de recordar que es presidente y tiene que estar con su pueblo le hace recobrar las energías.

-“Los mexicanos me necesitan, ellos confiaron en mí, tengo que ayudarlos. Llévame a Los Pinos ahora mismo”.

La mujer no puede controlarse, comienza a llorar y lo abraza. Llora desconsolada. AMLO intenta pararse pero se da cuenta que algo no está bien. No siente la mitad de su cuerpo. No siente las piernas dormidas, simplemente no las siente. No hay peso, no hay textura, no hay nada.

Andrés empieza a sudar de miedo, la mujer a llorar más fuerte.

-“Dime que paso, ¡dímelo por favor!”

La esposa no tiene el valor de decirle la verdad. AMLO está desesperado. Por instinto prende la tele, algo en su cabeza le dice que las noticias le revelaran una mala noticia.

Andrés sintoniza el noticiero de López-Dóriga. Visualiza a Velasco y a su esposa Anahí enfundada en un vestido Chanel de $1 millón de pesos. Manuel está siendo coronado como el nuevo presidente.

Obrador deja de ser el humano bueno y bondadoso que es y se transforma en un monstro. Agarra fuertemente a su esposa de los hombros y le exige una explicación:

-“¡¡¡¿Qué diablos es todo esto?!!!”, ¡Dímelo, te lo exijo!”

-La esposa apenas si puede contener el llanto, no puede ni verlo a los ojos pero está dispuesta a decirle la dolorosa verdad:

-Te volviste loco porque no obtuviste la presidencia. Cuando dijeron que Velasco era el ganador saliste corriendo, sin rumbo fijo, solo corrías como loco. Todos intentaron detenerte pero tu simplemente querías correr, hasta que….” (La mujer se detiene, no puede continuar).

-“¡Continua¡ ¡Continua maldita sea!” (Señaló AMLO mientras lloraba).

-“¡Hasta que un tráiler te atropelló y te cortó las piernas!” (La mujer da un grito desgarrador).

AMLO se quita temeroso la sabana y ve que sus piernas ya no están. Obrador nunca obtuvo la presidencia. Todo fue un sueño.

Por: Omar Ariel Cortes

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